Preguntas comunes sobre la lactancia y el dolor
La lactancia materna no debería doler, pero la idea de dolor puede hacer que algunas madres tengan miedo de intentar amamantar. Las mujeres afroamericanas dicen que el temor al dolor es uno de los motivos más comunes por los que no amamantan. Para las primerizas, contar con la ayuda de un experto en lactancia materna para hacer pequeños ajustes puede marcar una gran diferencia. Con la información y el apoyo adecuados, puedes hacerlo.
¿Por qué la lactancia materna parece tan difícil?
Ser padre primerizo es un trabajo de tiempo completo, independientemente de cómo alimentes a tu hijo. La lactancia materna es una habilidad que se adquiere y, al igual que con cualquier cosa que haces por primera vez, su dominio requiere práctica y paciencia. La lactancia materna también es una cuestión de oferta y demanda.
En las primeras semanas, amamanta a pedido (cuando tu bebé te indique que tiene hambre) para generar un buen suministro de leche que le permita a tu bebé crecer a un ritmo saludable.
¿Por qué los bebés amamantados tienen que ser alimentados con tanta frecuencia?
El estómago de un recién nacido es muy pequeño (aproximadamente del tamaño de una almendra), por lo cual no tiene mucha capacidad. Y puesto que la leche materna está diseñada para digerirse con facilidad, tu bebé tiene hambre rápidamente. Busca las señales de hambre de tu bebé como: girar la cabeza hacia la mama, chuparse el puño o hacer chasquidos con la boca. El llanto por hambre es el último recurso de un bebé irritado cuando alguien no detectó sus señales tempranas de hambre.
Intenta no esperar hasta que el bebé llore para alimentarlo y busca señales tempranas. Habla con tus familiares y amigos acerca de las señales de hambre para que puedan apoyarte en esas primeras semanas. Si te mantienes enfocada en aprender a amamantar desde el principio, obtendrás muy buenos resultados. En el término de seis semanas, tanto tú como tu bebé habrán establecido una buena rutina de lactancia materna.
¿Cómo se siente amamantar?
Los pezones suelen estar sensibles durante esos primeros días de lactancia, pero es temporario. Cualquier molestia que sienta una madre reciente durante la lactancia solo debería durar unos días mientras aprendes mediante prueba y error.
A medida que aprendes, es posible que al principio te sientas extraña cuando tu bebé se agarre, pero solo debería ser un pellizco inicial que pronto desaparece. Si es más doloroso, es probable que se trate de un mal agarre. Y si el agarre le provoca dolor a la madre, también evita que el bebé reciba suficiente leche. Así que no creas que tienes que "aguantarte" amamantar con dolor, ya que eso puede ocasionar problemas más graves. En su lugar, comunícate con un experto en lactancia materna, o habla con tu médico o tu enfermero lo antes posible para que te ayude a hacer una corrección generalmente simple para tener un buen agarre.
¿Por qué mis senos se inflaman y se endurecen?
Tus mamas normalmente se sienten muy llenas alrededor del tercer día posterior al nacimiento del bebé. Tu cuerpo comienza a producir mucha leche por si acaso hubiese más de un bebé que necesite alimentarse. Pero cuando amamantas a pedido, tus mamas nunca deberían sentirse como dos globos duros con agua a punto de explotar. Eso se llama congestión de las mamas y se trata de una inflamación que se produce cuando esperas demasiado para alimentar a tu bebé. Cuando tienes congestión de las mamas, no solo es doloroso para ti, también hace que le resulte difícil agarrarse a tu bebé (porque los pezones se aplanan). Amamantar con más frecuencia te ayudará a evitar la congestión de las mamas. Tampoco tienes que esperar hasta que tus mamas se sientan llenas para amamantar. Algunas mujeres nunca se sienten realmente "llenas", ni siquiera al principio. Por lo tanto, aun cuando no sepas si tus mamas se sienten llenas, está bien que ofrezcas el pecho.
A medida que sigas amamantando y tu cuerpo se adapte al nuevo bebé, es posible que tus mamas no se sientan tan llenas con tanta frecuencia. No te preocupes. Independientemente de lo llenas que se sientan tus mamas, el cuerpo seguirá produciendo la cantidad de leche que necesite tu bebé.
¿Cómo trato el dolor que produce la congestión de las mamas?
Para tratar la congestión de las mamas, aplica un paño frío y pregunta a tu médico o tu enfermero si es necesario que tomes un calmante de venta libre. Descansa y usa un extractor cuando no te sientas bien, pero deberías seguir amamantando. Si el dolor empeora o presentas otros síntomas, en especial, si tienes fiebre, llama a tu médico, tu enfermero o tu consultor de lactancia.
¿No puedo simplemente evitar el dolor si no amamanto?
Durante el embarazo, el cuerpo comienza a prepararse para amamantar, independientemente de cómo pienses alimentar a tu bebé. En los primeros días posteriores al parto, los cambios hormonales le indican a tu cuerpo que comience a producir leche para alimentar al bebé. Por lo tanto, aunque nunca intentes amamantar, tu cuerpo comenzará gradualmente a producir cada vez más leche para tu bebé. Esto es lo que quieren decir las personas cuando dicen que "la leche baja". Si eliges no amamantar, es posible que de todos modos tengas las mamas llenas o congestión de las mamas, la cual puede ser dolorosa.
¿Debería dejar de amamantar si mis pezones están agrietados, irritados o sangran?
Para las madres que amamantan por primera vez, normalmente lleva algunos intentos hasta que el agarre es correcto, lo cual puede hacer que tus pezones estén sensibles y adoloridos los primeros días. Si tus pezones se agrietan o sangran, es probable que tengas que corregir el agarre. Por eso, si no se siente bien, aleja al bebé de la mama y vuelve a intentarlo. (Usa la lista en Lactancia materna: cómo lograr que se agarre bien).
Si el dolor no desaparece, busca ayuda. Pero sigue amamantando, ya que ayuda a que tus pezones sanen. También puedes colocar un poco de leche materna sobre tus mamas o usar una crema de lanolina purificada o una pomada para acelerar el proceso de sanación.
¿Qué sucede si tengo pezones grandes o planos?
Los pezones o las areolas (el área que rodea el pezón) grandes no deberían afectar tu capacidad de amamantar. La única diferencia es que cuando mires hacia abajo, el bebé debería tener una porción más grande de la parte inferior de la areola en la boca. Con los pezones planos o invertidos, según la gravedad del caso, el agarre podría ser difícil al principio, lo cual podría hacer que los pezones duelan un poco. Un consultor de lactancia puede ayudarte a superarlo.
¿Mis mamas gotearán?
Tu cuerpo se prepara para producir leche mientras aun estás embarazada. Algunas mamas segregan leche incluso antes de que nazca el bebé, pero otras nunca lo hacen. Algunas mamas gotean todo el tiempo y otras solo gotean cuando la madre piensa en su bebé. Es difícil saber si vas a segregar leche y cuánta cantidad vas a segregar, por lo cual lo ideal es que tengas algunos protectores mamarios a mano. Independientemente del protector que uses, cámbialos con frecuencia.
¿Debo preparar mis mamas/pezones de una manera especial?
Ya sabes que la piel de tus pezones y tus mamas es muy sensible. Las mamas también tienen glándulas sebáceas especiales que ayudan a mantener la piel humectada y flexible ¡e incluso pueden indicarle al bebé dónde se encuentra el pezón en base al aroma! No necesitas usar jabones o lociones para mantener esa piel limpia e hidratada; de hecho, algunas madres sienten que los perfumes, las lociones perfumadas, los jabones y otros químicos son demasiado irritantes y secan la piel. Por lo tanto, usa solo agua para limpiar las mamas y seca con papel o con aire.
¿Cómo sé si el dolor no es normal?
Un mal agarre no solo es doloroso y angustiante para las madres, sino que también puede generar conductos de leche bloqueados, mastitis y otras infecciones. Un mal agarre tampoco es bueno para tu bebé, ya que significa que no está recibiendo suficiente leche. (Consulta la lista en Lactancia materna: cómo lograr que se agarre bien para saber qué puede ocurrir).
Si pasaron varios días y las cosas no han mejorado, busca ayuda. Hay recursos disponibles para ti, y muchos de ellos no tienen costo o tienen un costo bajo. Llámanos sin cargo a nuestra Línea nacional de ayuda para la lactancia materna al 1-800-994-9662. También puedes hablar con tu médico, con el pediatra de tu bebé o con una madre capacitada en lactancia. No debes tener vergüenza de pedir ayuda, ya que al hacerlo estás haciendo lo que se necesita para tu bienestar y el de tu hijo. De eso se trata la maternidad.