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Lactancia: cómo lograr que el bebé se prenda bien

Lactancia: cómo lograr que el bebé se prenda bien

En lactancia materna, el agarre se refiere a la manera en que el bebé se prende al pecho. Lograr un buen agarre es importante. De hecho, la manera en que tu bebé se agarra es más importante que la manera en que tú lo cargas. Obtén consejos para ayudar a tu bebé a lograr un buen agarre.

 

¿Qué significa lograr un buen agarre?

Un buen agarre significa que la parte inferior de la areola (el área oscura que rodea el pezón) está en la boca del bebé y tu pezón está en el interior de su boca, donde es suave y flexible. Un agarre superficial se produce cuando tu bebé no tiene una porción suficiente del pecho en la boca o está demasiado cerca de la punta del pezón. Un agarre superficial puede hacer que el pezón duela, se agriete y sangre.

Conoce más sobre cómo lograr un buen agarre.

¿Puede que mi bebé tenga la lengua anclada?

A veces, la lengua de un bebé se pega a la parte inferior de la boca mediante una banda de tejido, lo cual significa que el bebé no puede abrir su boca lo suficiente para tener un buen agarre. Verificar la presencia de una lengua anclada no es un examen estándar para recién nacidos en el hospital o en el consultorio médico. Si tu bebé no se agarra bien y no parece aumentar de peso, consulta con tu médico o tu enfermero y pregúntale sobre esto. Afortunadamente, existe una solución muy sencilla. Una vez que un profesional de la salud trata la lengua anclada, la lactancia mejora tanto para las madres como para los bebés.

Revisa tu postura.

Tanto tú como tu bebé necesitan estar cómodos. Si bien se requiere práctica para lograr un buen agarre, nunca deberías tener que esforzarte para mantenerte en la postura correcta mientras amamantas a tu bebé. Solo puedes saber qué postura de amamantamiento funciona mejor para ti y tu bebé mediante prueba y error. Pero cualquiera sea la postura, deberías estar relajada con tu bebé pegado a ti, abdomen con abdomen, de modo que no tenga que girar la cabeza hacia el costado.

¿No sabes si tu bebé está en la posición correcta? Te ofrecemos dos trucos sencillos:

  • Busca el ombligo de tu bebé. Si puedes ver el ombligo mientras tu bebé está agarrado, significa que no está lo suficientemente cómodo para agarrarse bien. Lleva el cuerpo de tu bebé un poco hacia adentro de modo que el ombligo esté orientado hacia ti.
  • Mira a tu alrededor. Si puedes hablar y usar las manos sin concentrarte en mantener tu postura, significa que esa es una buena postura para el agarre.

Revisa tus pezones.

La sensibilidad de la piel de tus pezones y tus mamas ayuda a que ellas respondan a tu bebé y sepan qué cantidad de leche deben producir. Una vez que el bebé se agarra correctamente, la parte inferior de la areola también está dentro de su boca. Pero un agarre superficial, incluso si no hay dolor de inmediato, hará que sientas dolor pronto. Y tu bebé tiene que esforzarse para extraer la leche.

¿No sabes si el agarre del bebé es demasiado superficial? Pregúntate:

  • ¿Sientes dolor? Si el dolor dura más de unos segundos, es probable que el agarre sea demasiado superficial. Interrumpe la succión suavemente al poner un dedo limpio en la boca del bebé y ayúdalo a agarrarse nuevamente.
  • ¿Cómo está tu pezón? Cuando el bebé se suelte, mira hacia abajo. Tu pezón debería verse igual o ligeramente más largo de lo normal. El dolor o los pinchazos indican que el agarre es malo.

Verifica si estás cómoda.

Tanto tú como tu bebé deberían estar cómodos durante y después del amamantamiento.

  • Durante el amamantamiento. Un poco de molestia al principio es normal, pero si tu bebé estuvo agarrado al pecho durante más de unos segundos y aun te duele o si descubres que estás usando la respiración que te enseñaron para soportar el dolor del trabajo de parto y el parto, no es una buena señal. Aleja al bebé del pecho, revisa tu postura y vuelve a intentarlo. El bebé necesita un buen agarre para obtener la mayor cantidad de leche y tú necesitas un buen agarre para estar cómoda.
  • Entre un amamantamiento y otro. A veces, es posible que sientas que tus mamas se llenan cuando llega la hora de amamantar. Algunas madres tienen una sensación de hormigueo en las mamas con solo pensar en su bebé o escuchar llorar a otro bebé. Incluso puede llegar a salir un poco de leche entre un amamantamiento y otro. Estas son señales normales. Pero si sientes que tus mamas te duelen, te molestan, te pican, están calientes o te arden o si sientes un bulto que no desaparece con los masajes, llama a tu médico o tu enfermero de inmediato. Estas podrían ser señales de infección. Independientemente del diagnóstico, incluso si te recetan un medicamento, sigue amamantando si el médico o enfermero te lo indica. ¿Por qué? La lactancia constante hace que la leche siga circulando por la mama; esto ayuda en el proceso de sanación y acelera la recuperación.

A veces, independientemente de que hagas todo bien y el agarre parezca correcto, aun puedes sentir dolor. Recuerda que el dolor es una señal de alerta. Así que busca ayuda de un experto en lactancia materna, un médico o un enfermero.