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Amar cada parte de ti

Amar cada parte de ti

Laura Lee

"Amo cada parte de mi". Una oración simple que es muy difícil de decir y creer.

Durante muchos años, permití que los comentarios de otras personas me apabullaran y arruinaran la visión que tenía de mí misma. Durante mi etapa de crecimiento, fui la amiga "rechoncha", esa que no podía pedir ropa prestada a sus amigas y a la que ningún chico miraba por ser muy gorda. Mientras viví en el extranjero, la gente me llamaba "gorda" o "gordi", ambos términos cariñosos, pero que califican a una mujer como excedida de peso. Sí, lo sé... para nada lindo. Lidié con esa situación escondiendo mis pensamientos y sentimientos, y dejé que me carcomieran por dentro. Si me hubieran conocido en esa época, no habrían sospechado lo que me pasaba porque nunca se lo conté a nadie. No creo que las personas se den cuenta de cómo pueden afectar sus palabras a los demás. No tienen idea de lo que otra persona está sufriendo... de lo que yo estaba sufriendo por lo que decían.

Cada vez que escuchaba un comentario de alguien, se enquistaba en mi mente y quedaba allí durante muchas horas, dañándome. Día tras día, me dedicaba a criticar cada parte de mi cuerpo. Era casi una obsesión. Mi cerebro me hacía recordar continuamente los muchos comentarios horribles que me habían hecho. El espejo y yo no nos llevábamos nada bien. Observaba detenidamente todas las cosas que los demás decían que necesitaba cambiar porque parecía que mi apariencia les molestaba. No podía entender por qué la gente no me quería por la persona que yo era.

Un día me desperté y dije ¡BASTA! Basta de escuchar las opiniones de otros sobre mí, basta de tener un pensamiento negativo sobre mi persona y, lo más importante, basta de decir que no era lo suficientemente buena. No podía permitir que estos pensamientos negativos siguieran destruyéndome porque al prestarles atención y pensar en ellos, me convertí en otra persona. Me enojaba muchísimo, incluso por las cosas más insignificantes. Odiaba esa sensación. No era yo misma. Sentía que no encajaba casi en ninguna parte y me sentía sola.

Así que empecé a reemplazar los pensamientos de los demás por los míos. ¿Por qué intentaba cambiar por ellos? En el fondo, yo me consideraba bastante fabulosa en general. Por eso empecé a recordarme a mí misma todo lo fabuloso en mí: soy una persona de buen corazón. Soy extrovertida, graciosa y participo de cualquier actividad que exista. Me miré detenidamente y, por primera vez en mi vida, pude decir: "Me amo". Mis rollos, mi celulitis, mis muslos gruesos, AMABA TODO. Decidí aferrarme a todo lo que ME definía. Ese fue el día en el que realmente empecé a vivir mi vida. Tardé tiempo en llegar a eso, en sentirme hermosa y caminar con orgullo. No hay vuelta atrás.

¿Mi consejo? Desestimen todo lo que la sociedad y las personas opinen sobre cómo "deben" lucir o ser. Dejen de forzarse a tener un tipo de cuerpo específico, ese que se define como el cuerpo "perfecto" o "ideal". Todos tenemos diferentes tipos de cuerpo, diferentes tamaños y distinto color de piel.

Los demás (incluso las personas más allegadas a ti) pueden querer imponerte el tipo de persona que debes ser. Yo lidié con eso buscando maneras de sentirme satisfecha conmigo misma. Para mí, eso significa aceptarme y amarme tal como soy, con cada defecto y cicatriz, con todo lo que es parte de mí. Identifiquen todo aquello que las hace valiosas, vean en ustedes la belleza que todos vemos y estén dispuestas a quererse. Una vez que hagan esto, sus vidas cambiarán... se los garantizo. La chispa que hay en ustedes jamás volverá a apagarse. Se sobrepondrán y podrán ser una fuente de inspiración para quienes se encuentren en la situación en la que ustedes solían estar. ¡Nosotras tenemos el poder de decidir cómo nos sentimos con nosotras mismas!

No importa si lo hacen en la Semana Nacional de la Salud de la Mujer o en un día cualquiera: deben mirarse al espejo y eliminar todo ese odio que sienten hacia ustedes. Es mas fácil decirlo que hacerlo, pero NUNCA dejen que los comentarios o sentimientos les nublen la visión. Defiéndanse, defiendan su mente y su cuerpo. ¡¡¡TENGAN AUTOESTIMA!!! La autoestima no es un sentimiento, es una forma de vida. Es el resultado de creer en nosotras mismas. Ir por la vida arrasando. Sintiéndose imparables, indestructibles y perfectas. ¡Abracen y vivan el sentimiento!

Las afirmaciones y las opiniones que aparecen en esta publicación pertenecen a su autor y no necesariamente representan las opiniones de la Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.