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Las mamás pueden ayudar a sus hijas a ejercitar

Las mamás pueden ayudar a sus hijas a ejercitar

Nicole Greene

Ser padres es una responsabilidad maravillosa. Somos los primeros —y más importantes— modelos a seguir de nuestros hijos y quienes más les alentamos. Pero a la hora de hacer ejercicio y estar físicamente activos, ¿alentamos lo suficiente a nuestros hijos?

Nicole Greene

Desafortunadamente, los datos indican que no. Los adolescentes necesitan 60 minutos diarios de actividad física. Sin embargo, la Encuesta nacional de 2015 sobre conductas de riesgo en los jóvenes arrojó que alrededor del 27 % de los alumnos de secundaria había hecho al menos 60 minutos de actividad física cada uno de los siete días previos a la encuesta. Los varones (36 %) eran más propensos que las niñas (17.7 %) a hacer la cantidad de ejercicio recomendada.

Eso significa que nuestros hijos, en especial, nuestras hijas, están desaprovechando algunos beneficios de salud increíbles que pueden modificar el resto de sus vidas, entre ellos, reducir su riesgo de padecer enfermedades crónicas y aumentar sus probabilidades de ser sanos en la adultez.

La actividad física y los deportes también permiten disfrutar de una niñez más saludable y placentera. Según un estudio de Women's Sport Foundation, los deportes organizados están relacionados con la salud general y la autoestima respecto de la imagen física, el peso saludable y los logros académicos de los niños. Además, la participación de los niños en los deportes suele asociarse con una mayor armonía, unión y comunicación con sus padres. Es más, las niñas que no participan en deportes de equipos están menos satisfechas con sus vidas que aquellas que sí lo hacen, ya que los deportes mejoran la calidad de vida. Para mí, el mensaje es claro: necesitamos hacer que las niñas sea más activas físicamente y asuman el compromiso de hacer deportes.

¿Cómo lo logramos? Como padres, hay cosas que podemos hacer para ayudar a despertar el interés de nuestras hijas por la actividad física.

  1. No subestimes el poder de la estimulación. Independientemente de que tu hija sea una deportista o no tenga en claro si quiere hacer actividad física, tu apoyo es importante. Si le gustan los deportes, asume el compromiso de asistir a un juego más cada semana, aliéntala desde las gradas elevando más tu voz o dile cuán orgullosa estás de ella por la dedicación que le pone a la actividad. Si no está muy segura, el regreso a clases es la oportunidad perfecta para instarla a ser más activa. Los deportes y las actividades escolares y organizados por la comunidad pueden ayudarla a volver a empezar. Además, pueden buscar juntas opciones que se adapten a sus intereses y sus aptitudes. Si no le gustan los deportes organizados o recreativos, aliéntala a caminar o a ir en bicicleta a la escuela. Otra opción es que camine, trote, baile o practique yoga con una amiga. ¡Hacer actividad con amigos es mucho más divertido! Además, pueden apoyarse mutuamente para no abandonar su compromiso.
  1. Hagan actividad física juntos. Ayudará a tu familia a alcanzar el nivel recomendado de ejercicio físico, y además es una excelente oportunidad para compartir juntos buenos momentos. Las investigaciones indican que hacer actividad con los hijos permite el buen desarrollo emocional y social. También pueden divertirse. Elige actividades que pueda disfrutar toda la familia, como nadar, montar en bicicleta o caminar. Tu centro recreativo local es un lugar que ofrece actividades geniales —tanto bajo techo como al aire libre. ¡También tienen programas para niños y familias!
  1. Conviértete en un modelo a seguir. Esto puede sonar obvio, pero dar un buen ejemplo es fundamental. Si disfrutas de hacer actividad física y tienes un estilo de vida activo, es muy probable que tus hijos compartan tus gustos. Eso puede suponer mucha presión, en especial, si no eres muy activa en este momento. Pero eso no significa que tengas que subir a la cinta durante una hora todas las noches. Comienza de a poco y fíjate metas que puedas alcanzar. (También puedes leer cómo lo logré.) Por ejemplo, deja que tu hija te vea registrar tus pasos, hacer caminatas o bailar en la sala. Ella terminará adoptando los hábitos saludables que tú tengas. ¡Ambas se benefician!

Como padres, tenemos la responsabilidad de guiar a nuestros hijos y eso incluye ayudarles a desarrollar hábitos saludables que puedan acompañarles toda la vida. ¡Inculquemos la actividad física a nuestras hijas para que puedan alcanzar su máximo potencial!