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Una entrevista con una mujer que vive con una enfermedad cardíaca: Mary Eriksmoen

Una entrevista con una mujer que vive con una enfermedad cardíaca: Mary Eriksmoen

Las enfermedades cardíacas son un problema de salud grave entre las mujeres, pero aún muchas no comprenden los signos y los peligros de la enfermedad. Aquí Mary Eriksmoen te contará cómo identificar los síntomas de una enfermedad cardíaca para poder salvar vidas. Durante tres meses, Mary tuvo dolor en el pecho que irradiaba hasta la mandíbula sin darse cuenta de que era un síntoma de una enfermedad cardíaca. Para celebrar el Mes del Corazón en Estados Unidos, lee la historia de Mary para saber por qué finalmente decidió recibir atención médica.

A Mary Eriksmoen le diagnosticaron una enfermedad cardíaca cuando tenía 53 años. Ignoró sus síntomas durante tres meses porque pensó que era demasiado joven para tener problemas cardíacos. Hace justo un año, Mary tuvo una cirugía cardíaca con triple bypass exitosa. En la actualidad, vive en Dakota del Norte con su familia y está tomando medidas para mejorar su salud. Quiere alentar a otras mujeres a comprender los signos de una enfermedad cardíaca y buscar atención médica de inmediato si creen que ocurre algo malo.

P: ¿Podrías describirnos los síntomas que tuviste?

R: En mi caso, comenzó hace un poco más de un año. Cuando subía las escaleras, sentía dolor en la parte superior central de mi pecho. He irradiaba hacia la mandíbula. Luego supe que esto se llamaba angina, y significaba que mi corazón no estaba recibiendo suficiente sangre. También tenía dolores de cabeza. Pero lo peor era el dolor en la mandíbula.

P: ¿Cuántos años tenías cuando tuviste estos síntomas por primera vez?

R: Tenía 53.

P: ¿Por qué tomaste la decisión de esperar para recibir atención médica?

R: Mi edad. Sentía que era demasiado joven. Pensaba que una enfermedad cardíaca afectaba a personas de entre 60 y 70 años de edad.

Además, me caí hace seis años y he tenido problemas de espalda desde ese momento. Tenía un disco herniado y dos discos sobresalidos. Sentía que era algo por lo que me quejaba mucho y las personas estaban cansadas de escucharme sobre mis problemas médicos. Pensaba que no podría hablar del dolor en el pecho y la mandíbula que estaba sufriendo. Creía que las personas no querían escuchar sobre ello.

Mi padre era médico. Siendo niña, me sentaba en la mesa para cenar y él recibía la llamada de una persona diciendo que había estado enferma durante tres semanas pidiéndole que la examine en la sala de emergencias. Por eso siempre tengo miedo de controlarme por pequeñas cosas. Eso era lo que pensaba que era el dolor de la mandíbula y el pecho: pequeñas cosas.

P: ¿Cuándo te diste cuenta de que tus síntomas podrían tener algo que ver con tu corazón?

R: Básicamente, el anuncio de servicio público en TV de "Haz la llamada, ¡no pierdas tiempo!", que hablaba sobre qué podrían sentir las mujeres que tenían un ataque cardíaco. Si bien no estaba sufriendo un ataque cardíaco realmente, los síntomas eran similares y seguían empeorando.

Pensé que tenía un trastorno del músculo y la articulación temporomandibular, o ATM, como si apretara la mandíbula muy fuerte. Creí que eso era lo que sucedía hasta que vi el anuncio del servicio público. Después de ver ese anuncio varias veces, comencé a pensar que mis síntomas tenían algo que ver con mi corazón. Creí que debía controlarme para estar segura.

Mi hermana también me alentó a consultar con un médico. La visité justo después de concertar la cita. No le había contado a nadie sobre mis síntomas en ese momento, y era bueno tener la confirmación de que había hecho lo correcto.

P: ¿Puedes contarnos cómo te sentiste después de ver el anuncio de servicio público en TV de "Haz la llamada, ¡no pierdas tiempo!"?

R: Como solo tenía 53, no creía que mi corazón pudiera tener un problema, aunque mi familia tiene un historial de enfermedades cardíacas. Pero me pareció que debía controlarme por las dudas.

También pensé en mi familia. Tengo tres hijos grandes casados que me han dado nietos. Pensé: "no estoy lista para morir. Tengo mucho que hacer con mis hijos y mis nietos. No quiero perderme eso.

P: Una vez que tomaste la decisión de visitar a un profesional de la salud, ¿qué tipo de consultas y exámenes te hicieron?

R: Mi primera consulta fue con una enfermera de práctica avanzada en el consultorio de mi médico habitual. Cuando le expliqué mis síntomas, me hizo programar una prueba de esfuerzo nuclear con imágenes y un ecocardiograma. Igualmente no creía tener un problema en el corazón.

Cuando fui a hacerme esas pruebas a la semana siguiente, caminé muy despacio en la cinta de correr para la prueba de esfuerzo. En lo que parecieron segundos, el dolor se volvió muy intenso. Tuvieron que detener la prueba y darme oxígeno.

En ese momento, pensé que había algo que no estaba bien, pero no podían compartir los resultados conmigo. Primero tenían que enviarlos al médico.

P: ¿Cuáles fueron los resultados de tus pruebas? ¿Necesitaste cirugía?

R: El médico me llamó más tarde esa semana con los resultados. Me envió a un cardiólogo porque los resultados de mis pruebas no eran normales.

Me reuní con el cardiólogo el jueves y programó un angiograma, un ultrasonido de la carótida y una radiografía de pecho para el día siguiente. Cuando me recuperé después del angiograma, descubrí que tenía tres obstrucciones que afectaban mi flujo sanguíneo. Tenía una obstrucción del 99 por ciento en la arteria coronaria derecha, una obstrucción del 85 por ciento en la arteria descendente anterior izquierda y una obstrucción del 75 por ciento en la arteria circunfleja izquierda. Esto significaba que necesitaba na cirugía cardíaca con triple bypass.

Todavía no me parecía real. No parecía posible. No tenía miedo porque no se sentía real. La parte extraña fue que, el sábado por la noche, mi mamá me visitó en un sueño y me dijo que todo estaría bien. No sé si eso me dio paz o qué. Alrededor de 10 años antes, mi mamá también se tuvo que someter a una cirugía con bypass.

P: Desde tu cirugía, ¿hiciste cambios en tu estilo de vida para mejorar tu salud?

R: He estado cuidando lo que como. La mayor lucha que tengo desde mi cirugía es dejar de fumar. Sé que debo hacerlo. No fumé durante tres a cuatro semanas después de la cirugía, pero retomé el hábito y no debería haberlo hecho.

También fui a rehabilitación cardíaca tres veces por semana durante 12 semanas. Usaba equipos para ejercicios, como una máquina elíptica reclinable, bicicletas fijas y pesas. Mientras me ejercitaba, me controlaban el corazón. También hablé con un nutricionista.

La espalda limita mi capacidad de hacer el ejercicio que necesito para tener un corazón más saludable, por eso una de las cosas que hago ahora es ir a la piscina de hidroterapia en el hospital. Voy alrededor de dos veces por semana, y esto me ayuda con la espalda y el corazón. Para otras mujeres que no pueden ejercitarse debido a una discapacidad de cualquier tipo, la hidroterapia es una buena alternativa. Por lo que entiendo, la piscina quita mucha presión de las articulaciones y te permite hacer ejercicios que no podrías hacer en tierra.

P: ¿Qué consejo les darías a las demás mujeres sobre cómo reconocer los síntomas de una enfermedad cardíaca?

R: Simplemente escuchen su cuerpo. Por mucho tiempo, sentía que, al ser mujer, los médicos me dirían "todo está en tu cabeza". Pero una cosa que aprendí es que mi cuerpo me estaba diciendo que algo no estaba bien. Solo tenía que escucharlo. Si crees que algo no está bien, debes buscar ayuda de inmediato.

También aliento a las mujeres a prestar atención a los anuncios de servicios públicos en la televisión y la radio. Presten atención porque podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Creo que las mujeres tienen que comprender los signos de una enfermedad cardíaca. Puedes tener un problema en el corazón incluso si no tienes el dolor muy fuerte en el pecho que generalmente asociamos con un ataque cardíaco. Además, creo que es importante que las mujeres comprendan que sus síntomas de ataque cardíaco son distintos a los de los hombres, y si tienen alguno de los síntomas, deben llamar al 911. No solo me enteré de eso a través del anuncio de servicio público en TV de "Haz la llamada, ¡no pierdas tiempo!", sino que [también] lo aprendí en rehabilitación cardíaca.

P: ¿Quieren compartir algo más?

R: Ayer fui al médico. Tengo diabetes y tengo problemas para controlar mis niveles de azúcar en sangre. Los controlé durante aproximadamente un año y medio, pero por algún motivo ahora tengo problemas. Pero sé que el nivel de azúcar en sangre también afecta al corazón. Me dijeron que si no controlo mi diabetes, el bypass no servirá de nada. Recomiendo a las personas con diabetes y enfermedades cardíacas hacer algo para mantener su nivel de azúcar en sangre bajo control.

Las afirmaciones y las opiniones que aparecen en esta publicación pertenecen a su autor y no necesariamente representan las opiniones de la Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.