Estoy pensando en suicidarme
Nota del editor: este artículo ha sido extraído del blog de MentalHealth.gov. La fecha de publicación original fue el 10 de septiembre de 2014. Lee la publicación original.
Sobreviví al suicidio. Para mí, eso significa que intenté terminar con mi vida mediante el suicidio y sobreviví a la muerte de mi tía que terminó con su vida con un arma.
El suicidio es un grave problema que gravita en el ámbito de la salud pública y puede tener consecuencias dañinas, durante un período prolongado, en las personas, las familias y las comunidades. Aunque sus causas son complejas y están determinadas por múltiples factores, el objetivo al que debe apuntarse para prevenir el suicidio es simple: disminuir los factores de riesgo e incrementar los recursos de protección. Una prevención eficaz fomenta la concientización sobre las diferentes maneras de evitar un suicidio e insta a una comunidad a asumir el compromiso de actuar con empatía.
En este Día Mundial para la Prevención del Suicidio, viene a mi mente una experiencia que la Hermana G., una misionera mormona, compartió conmigo. La Hermana G. era una viuda cuyo marido, un neurocirujano, murió de cáncer en el cerebro cinco años antes de que ella se convirtiera en mi compañera de misiones.
Él era su mundo. Su muerte arrasó con tantos aspectos de la vida que habían construido juntos que ella sintió que debía aprender a vivir de nuevo. Aproximadamente un año después de su muerte, ella no estaba nada bien. No se había sentido feliz en mucho tiempo y no sabía cómo hacer para recuperar la felicidad. Así que consiguió una pistola y se metió en la ducha.
Justo cuando entró en la ducha, sonó el teléfono. Dice que el timbrazo del teléfono la paralizó. Aun así, decidió atender porque... bueno, ¿por qué no?
Era su hija, que le habló con determinación: ¡Mamá! ¡Deja esa pistola en este instante! Sabes tan bien como yo que si presionas el gatillo lo único que conseguirás es que tu cuerpo se desplome en el piso, pero todo lo demás seguirá igual ¡y no podrás solucionar nada!
Nuestra querida Hermana G. se desplomó en el suelo y su hija condujo hasta allí; cuando llegó, la encontró aún en el piso llorando, con la pistola cerca.
Se retiraron las pistolas de la casa y el deseo de morir desapareció.
Yo he sobrevivido al suicidio y esta historia me ha salvado en muchos de mis momentos oscuros. También me ha dado el coraje de llamar a mis amigos cuando considero que necesitan ayuda, para preguntarles qué les ocurre.
Todos conocemos a alguien que está luchando contra el estrés postraumático, la depresión o la ansiedad. Aprovechemos esta oportunidad para analizar qué actitud tomamos hacia los demás. ¿Realmente miramos a quienes nos rodean y entendemos que son personas, seres humanos como nosotros, con sentimientos, esperanzas, tristeza y amor?
Nosotros podemos evitar los suicidios e intentos de suicidio, pero para eso, es necesario que cada persona se comprometa a hacer el esfuerzo. Si es verdad que cuanto más importante es una respuesta, más profundamente está arraigada en el corazón, la respuesta al problema del suicidio exige que actuemos de corazón, que cada uno de nosotros seamos compasivos con nosotros mismos y con los demás para llegar a brindar lo mejor de nuestro potencial.
Si alguien que conoces tiene alguno de estos comportamientos, es posible que esté pensando en suicidarse. No ignores estas señales de alerta. Busca ayuda inmediatamente.
- Hablar sobre el deseo de morir o suicidarse
- Buscar alguna manera de cometer suicidio
- Expresar sentimientos de desesperanza o decir que la vida no tiene sentido
- Expresar la sensación de sentirse atrapado o con una angustia insoportable
- Autodefinirse como una carga para los demás
- Incrementar el consumo de alcohol o drogas
- Mostrarse ansioso o inquieto; actuar de manera imprudente
- Dormir poco o demasiado
- Ensimismarse o sentirse aislado
- Demostrar ira o expresar la necesidad de vengarse
- Mostrar cambios de humor extremos
Si tú o alguien que conoces necesita ayuda, llama o envía un mensaje de texto al 988, la Línea Nacional de Prevención de Suicidios. Los trabajadores capacitados para enfrentar crisis están disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Si crees que alguien corre un peligro inminente, no lo dejes solo, quédate a su lado y llama al 911.