Una entrevista sobre el cáncer de tiroides
La tiroides es una pequeña glándula ubicada en la base del cuello. Produce una hormona que ayuda a controlar el metabolismo de tu cuerpo, incluida la rapidez con la que quemas calorías y la rapidez con la que late el corazón. El número de mujeres que desarrolla cáncer de tiroides triplica al número de hombres. Una mujer comparte su historia sobre cómo descubrió que tenía cáncer papilar tiroideo, el tipo más común, cuando tenía solo 19 años. Lee su historia: desde que recibió el diagnóstico de cáncer y se sometió al tratamiento hasta que logró combatir la enfermedad.
¿Tenías algún síntoma?
No, no tenía ningún síntoma antes del diagnóstico.
¿Cómo lo descubrieron?
El bulto (tumor) en la tiroides fue descubierto por mi enfermera de práctica avanzada, que es muy minuciosa. Al igual que un ginecólogo, esta enfermera de práctica avanzada suele revisar las mamas en busca de bultos, y habitualmente también me revisaba el área del cuello en busca de bultos. ¡Me alegra que lo hiciera! El bulto no era grande, pero igual me derivó a otro médico para que lo revisara, por las dudas.
¿Recuerdas cómo te sentiste cuando te dieron el diagnóstico?
¡Estaba confundida y conmocionada! Aunque me habían practicado varios exámenes antes del diagnóstico, todavía había una parte de mí que pensaba que no iba a ser cáncer. No tenía sentido para mí. Era joven, gozaba de buena salud y no tenía síntomas. Pero a veces el cáncer de tiroides se manifiesta así.
¿Cómo fue tu tratamiento?
El tratamiento para el cáncer implicó la extirpación completa de mi tiroides, junto con la extirpación de varias de las glándulas paratiroides y los ganglios linfáticos donde el cáncer se había extendido. Después de la cirugía pasé meses preparándome para el tratamiento con yodo radioactivo; seguía una dieta especial que limitaba mi consumo de yodo. (Se encuentra en muchos alimentos procesados). Tenía que hacer esto para que mi tratamiento con yodo radioactivo fuera lo más efectivo posible. Tuve la suerte de tener médicos excelentes que apoyaron mi deseo de continuar con mis estudios universitarios durante esa época, de manera que pude desarrollar un plan de tratamiento con ellos que me permitió seguir estudiando y volver a casa regularmente para mis controles.
Durante el receso de verano me interné en el hospital varios días para el tratamiento con yodo radioactivo (radiación). Esto implicaba tomar píldoras con yodo radioactivo y luego permanecer aislada en una habitación del hospital hasta eliminar de mi sistema la mayor parte de la radiación. Cualquier célula de cáncer de tiroides que hubiera quedado suelta en el organismo absorbería el yodo radioactivo de inmediato, lo que la destruiría de manera eficaz. Tenía que beber mucha agua y ducharme cada dos horas para sacar de mi sistema el yodo radioactivo restante lo antes posible.
¿Ahora necesitas cuidados de rutina o medicamentos especiales?
Dado que ya no tengo la tiroides, debo tomar medicamentos tiroideos todos los días a fin de incorporar a mi cuerpo las hormonas que necesita para sobrevivir. También consulto a un endocrinólogo por lo menos una vez al año para controlar mis niveles de hormona tiroidea y hacer ajustes en la medicación si es necesario.
¿Cuántos años hace que no tienes cáncer y cómo te sientes?
¡Oficialmente ya hace cinco años que no tengo cáncer y me siento estupenda!
¿Cómo ha modificado tu vida esta experiencia, sobre todo al haberla vivido siendo tan joven?
Al haber sido diagnosticada con cáncer de tiroides siendo tan joven, me siento sumamente agradecida por la excelente atención médica a la que tengo acceso. También tengo una mayor predisposición para ir al médico.
¿Qué le dirías a otras mujeres que recientemente pueden haberse enterado de que tienen cáncer de tiroides?
Busquen un equipo médico sumamente calificado en el que confíen, hagan su propia investigación para entender su diagnóstico y sus opciones de tratamiento, y rodéense de familiares y amigos que las apoyen.