Mantenerse saludable y protegida
Come esto. No comas aquello. Haz esto. No hagas eso otro. Las mujeres embarazadas reciben una sobreabundancia de información sobre lo que se puede o no se puede hacer. Aquí te ayudamos a tener las cosas claras.
Alimentarse por dos
¡Una alimentación saludable es más importante que nunca! Necesitas más proteínas, hierro, calcio y ácido fólico que lo que necesitabas antes del embarazo. También necesitas más calorías. Pero "alimentarse por dos" no significa comer el doble. Más bien, significa que los alimentos que consumes son la fuente principal de nutrientes para tu bebé. Una dieta equilibrada y sensata combinada con ejercicio físico regular sigue siendo la mejor receta para cuidar tu salud durante el embarazo.
Aumento de peso
La cantidad de peso que deberías subir durante el embarazo depende de tu índice de masa corporal (IMC) anterior al embarazo. El Institute of Medicine ofrece estas pautas orientativas:
- Si estabas en un peso normal antes del embarazo, deberías aumentar entre 25 y 30 libras.
- Si estabas por debajo de tu peso normal antes del embarazo, deberías aumentar entre 28 y 40 libras.
- Si tenías sobrepeso antes del embarazo, deberías aumentar entre 15 y 25 libras.
- Si sufrías de obesidad antes del embarazo, deberías aumentar entre 11 y 20 libras.
Consulta con tu médico para determinar qué incremento de peso será saludable para ti durante el embarazo.
Deberías aumentar de peso gradualmente durante el embarazo, con el mayor incremento en el último trimestre. Generalmente. los médicos sugieren que las mujeres embarazadas aumenten de peso de esta forma:
- 2 to 4 libras en total durante el primer trimestre
- 3 a 4 libras por mes durante el segundo y el tercer trimestre
Estudios recientes demuestran que las mujeres que aumentan más peso que el recomendado durante el embarazo y que no lo pierden dentro de los seis meses posteriores al parto, corren mayor riesgo de ser obesas 10 años más tarde. Las conclusiones de otra amplia investigación sugieren que aumentar más peso que el recomendado durante el embarazo puede incrementar las probabilidades de que tu hijo sufra sobrepeso en el futuro. Si notas que estás aumentando de peso demasiado rápido, intenta comer menos alimentos con azúcares agregados y grasas sólidas. Si no estás aumentando de peso lo suficiente, puedes comer un poco más de cada grupo de alimentos.
¿Cómo se distribuye el peso que aumento?
- Bebé: 6 a 8 libras
- Placenta: 1½ libras
- Líquido amniótico: 2 libras
- Crecimiento del útero: 2 libras
- Crecimiento de los senos: 2 libras
- Tu sangre y líquidos corporales: 8 libras
- Proteínas y grasa de tu cuerpo: 7 libras
Necesidades calóricas
Tus necesidades calóricas dependerán de tus metas de aumento de peso. La mayoría de las mujeres necesitan 300 calorías más al día por lo menos durante los últimos seis meses de embarazo, en comparación con lo que necesitaban antes de estar embarazadas. Ten en cuenta que no todas las calorías son iguales. Tu bebé necesita alimentos saludables que tengan muchos nutrientes y no "calorías vacías" como las que aportan los refrescos, dulces y postres.
Si bien debes tener cuidado de no comer más de lo que necesitas para un embarazo saludable, asegúrate de no restringir tu dieta durante el embarazo. Si no consumes las calorías que necesitas, es posible que tu bebé no reciba las cantidades apropiadas de proteínas, vitaminas y minerales. Las dietas con pocas calorías pueden ocasionar que se comience a metabolizar la grasa almacenada en el cuerpo de la mujer. Esto puede provocar que tu cuerpo produzca sustancias denominadas cetonas. Las cetonas pueden encontrarse en la sangre y la orina de la madre y son una señal de falta de alimento. La producción constante de cetonas puede resultar en un niño con deficiencias mentales.
Alimentos buenos para la mamá y el bebé
Una mujer embarazada necesita mayor cantidad de muchas vitaminas, minerales y nutrientes importantes en comparación con lo que necesitaba antes del embarazo. Al elegir alimentos saludables todos los días estarás proporcionando a tu bebé todo lo que necesita para desarrollarse. ChooseMyPlate.gov para madres/futuras madres (versión en inglés) te muestra lo que puedes comer, además de la cantidad que necesitas comer de cada grupo alimenticio según tu altura, peso y nivel de actividad.
Habla con tu médico si tienes necesidades alimenticias especiales por estas razones:
- Diabetes: asegúrate de revisar tu plan de alimentación y necesidades de insulina con tu médico. Los niveles de glucosa en sangre elevados pueden ser perjudiciales para tu bebé.
- Intolerancia a la lactosa: obtén información sobre productos bajos en lactosa y suplementos de calcio para asegurarte de que estás consumiendo la cantidad de calcio que necesitas.
- Eres vegetariana: asegúrate de que estás consumiendo suficiente proteínas, hierro, vitamina B12 y vitamina D.
- FCU: mantén un buen control de los niveles de fenilanina en tu dieta.
Seguridad de los alimentos
La mayoría de los alimentos son seguros para las mujeres embarazadas y sus bebés. Pero deberás tener precaución o evitar comer ciertos alimentos. Sigue estas pautas:
Limpia, manipula, cocina y enfría los alimentos de manera apropiada para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos, entre ellas listeria y toxoplasmosis.
- Lávate las manos con jabón después de tocar tierra o carne cruda.
- Evita que carnes rojas, carnes de ave y pescados y mariscos crudos entren en contacto con otros alimentos o superficies.
- Cocina la carne completamente.
- Lava los alimentos antes de consumirlos.
- Lava los utensilios de cocina con agua caliente y jabón.
No comas:
- Pescados y mariscos ahumados y refrigerados, como pescado blanco, salmón y caballa
- Perros calientes y fiambres, a menos que estén humeantes
- Pastas de carne para untar refrigeradas
- Leche o jugos no pasteurizados
- Ensaladas hechas en tiendas, como ensaladas de pollo, huevo o atún
- Quesos de pasta blanda no pasteurizados, como feta, Brie, queso blanco, queso fresco y quesos azules no pasteurizados
- Tiburón, pez espada, caballa real o blanquillo (también llamado pargo dorado o blanco); estos peces tienen altos niveles de mercurio.
- Más de 6 onzas a la semana de atún blanco
- Hierbas y plantas que se usan como medicinas sin la aprobación de tu médico. La seguridad de las terapias con hierbas y plantas no siempre es conocida. Algunas hierbas y plantas pueden ser dañinas durante el embarazo, como el melón amargo (karela), el jugo de noni y la papaya no madura.
- Brotes crudos de cualquier tipo (entre ellos alfalfa, trébol, rábano y poroto mung)
Datos sobre el pescado
El pescado y los mariscos pueden ser una parte importante de una dieta saludable. Son una excelente fuente de proteína y ácidos grasos omega-3 saludables para el corazón. Y lo que es más importante, algunos investigadores creen que un bajo consumo de pescado puede estar relacionado con la depresión en las mujeres durante y después del embarazo. Algunas investigaciones también sugieren que los ácidos grasos omega-3 que consumen las mujeres embarazadas pueden ayudar en el desarrollo de los ojos y del cerebro de los bebés.
Las mujeres que están embarazadas o piensan embarazarse y las madres lactantes necesitan 12 onzas de pescado a la semana para obtener beneficios en su salud. Desafortunadamente, algunas mujeres embarazadas y lactantes no comen pescado porque les preocupa la presencia de mercurio. El mercurio es un metal que, en altos niveles, puede causar daños en el cerebro del feto, incluso antes de que se conciba. El mercurio ingresa al cuerpo cuando se consume principalmente pescados predadores grandes. Sin embargo, muchos tipos de pescados y mariscos tienen poco o nada de mercurio. Por ende, el riesgo al mercurio depende de la cantidad y del tipo de pescado o marisco que comas.
Las mujeres lactantes, embarazadas o que piensan embarazarse pueden comer de manera segura una variedad de pescados y alimentos cocidos, pero deben evitar los que tienen altos niveles de mercurio. Ten en cuenta que si evitas todo tipo de pescado estarás dejando de consumir los ácidos grasos omega-3 que son tan importantes. Para lograr 12 onzas limitando la exposición al mercurio, sigue estos consejos:
-
No comas pescados con altos niveles de mercurio:
- Pez espada
- Blanquillo camello
- Caballa real
- Tiburón
- Come hasta 6 onzas (aproximadamente 1 porciones) por semana:
Atún blanco en lata o en trozos (también se vende como filetes de atún), el cual tiene más mercurio que el atún claro enlatado -
Come hasta 12 onzas (aproximadamente 2 porciones) por semana de pescados y mariscos cocidos* con poco o nada de mercurio, como por ejemplo:
- Gambas
- Cangrejo
- Almejas
- Ostras
- Vieiras
- Atún claro enlatado
- Salmón
- Abadejo
- Bagre
- Bacalao
- Tilapia
* No comas pescados o mariscos crudos (como almejas, ostras y vieiras), lo cual incluye pescados y mariscos crudos refrigerados estilo nova, lox, fileteados, ahumados o charqui.
- Revisa antes de comer pescado proveniente de aguas locales. Los departamentos de salud locales tienen pautas sobre los pescados provenientes de aguas locales. O bien, obtén consejos sobre pescados locales en la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.. Si tienes dudas sobre la seguridad de algún pescado proveniente de aguas locales, solo come 6 onzas a la semana y no comas ningún otro pescado esa semana.
- Come una variedad de pescados y mariscos cocidos en vez de solo algunos tipos.
Los alimentos con suplemento de DHA/EPA (tales como los "huevos omega-3") y las vitaminas con suplementos de DHA son otras fuentes del tipo de ácidos grasos omega-3 que se encuentran en los pescados y mariscos.
Vitaminas y minerales
Además de elegir alimentos saludables, pregúntale a tu médico sobre tomar suplementos prenatales de vitaminas y minerales todos los días para asegurarte de que estás consumiendo suficiente cantidad de los nutrientes que tu bebé necesita. También puedes consultar la etiqueta de los alimentos que compras para ver cuánta cantidad de ciertos nutrientes contiene el producto. Las mujeres embarazadas necesitan más de estos nutrientes que las que no están embarazadas:
Nutriente | Cuánta cantidad necesitan las mujeres embarazadas a diario |
---|---|
Ácido fólico | 400 a 800 microgramos (mcg) (0.4 a 0.8 mg) en los primeros meses del embarazo; es por eso que todas las mujeres con capacidad de embarazarse deberían tomar entre 400 y 800 mcg de ácido fólico. Las mujeres embarazadas deben continuar tomando ácido fólico durante todo el embarazo. |
Hierro | 27 miligramos (mg) |
Calcio | 1,000 miligramos (mg); 1,300 mg si eres menor de 18 años |
Vitamina A | 770 microgramos (mcg); 750 mcg si eres menor de 18 años |
Vitamina B12 | 2.6 microgramos (mcg) |
Las mujeres embarazadas también necesitan asegurarse de consumir suficiente vitamina D. La recomendación actual para todos los adultos menores de 71 años (incluyendo mujeres embarazadas y lactantes) es de 600 unidades internacionales (IU) de vitamina D todos los días. Habla con tu médico sobre cómo puedes asegurarte de consumir suficiente vitamina D y otras vitaminas y nutrientes importantes.
Ten en cuenta que el consumo excesivo de un suplemento puede ser dañino. Por ejemplo, niveles muy altos de vitamina A puede causar anomalías congénitas. Por esta razón, tu vitamina prenatal diaria no debe contener más de 5,000 UI (unidades internacionales) de vitamina A. Algunos suplementos contienen mucho más. Solo toma las vitaminas y los suplementos minerales que recomiende tu médico.
No olvides los líquidos
Todos los sistemas de tu cuerpo necesitan agua. Cuando estás embarazada, tu cuerpo necesita mucha más agua para mantenerte hidratada y mantener la vida que llevas dentro. El agua también ayuda a evitar estreñimiento, hemorroides, hinchazón excesiva e infecciones en las vías urinarias o en la vejiga. No consumir suficiente agua puede causar un parto prematuro.
Tu cuerpo obtiene el agua que necesita a través de los líquidos que bebes y los alimentos que comes. La cantidad de líquido que necesitas beber todos los días depende de muchos factores, como por ejemplo tu nivel de actividad, el clima y tu tamaño. Tu cuerpo necesita más líquido cuando hace calor y cuando realizas actividad física. También necesita más agua si tienes fiebre, vómitos o diarrea.
El Institute of Medicine recomienda que las mujeres embarazadas beban aproximadamente 10 tazas de líquido todos los días. El agua, los jugos, el café, el té y las bebidas no alcohólicas satisfacen tu necesidad de líquido. Sin embargo, ten en cuenta que algunas bebidas tienen alto contenido de azúcar y calorías "vacías". Una buena manera de saber si tu consumo de líquido es el adecuado es si la orina es de color amarillo pálido, o sin color, y casi nunca sientes sed. La sed es una señal de que tu cuerpo está a punto de deshidratarse. No esperes a sentir sed para beber.
Alcohol
No hay ninguna cantidad de alcohol segura que las mujeres embarazadas pueden beber. Cuando estás embarazada y bebes cerveza, vino, licor fuerte u otros tipos de bebidas alcohólicas, el alcohol va a tu sangre. El alcohol en la sangre pasa al cuerpo del bebé a través del cordón umbilical. El alcohol puede retrasar el crecimiento del bebé, afectar su cerebro y causar anomalías congénitas.
Obtén más información sobre los peligros de beber alcohol durante el embarazo en nuestra sección abuso de sustancias.
Cafeína
Cantidades moderadas de cafeína al parecer no causan riesgo durante el embarazo. Moderado significa menos de 200 mg de cafeína al día, que es la cantidad en aproximadamente 12 onzas de café. La mayoría de los tés y las bebidas no alcohólicas con cafeína tienen mucha menos cafeína. Algunos estudios han demostrado una relación entre mayores cantidades de cafeína y aborto espontáneo y parto prematuro. Sin embargo, no hay pruebas contundentes de que la cafeína cause estos problemas. Los efectos de consumir demasiada cafeína no están claros. Pregúntale a tu médico si beber una cantidad limitada de cafeína es adecuado para ti.
Antojos
Muchas mujeres sienten fuertes deseos por alimentos específicos durante el embarazo. El deseo de comer "pickles y helado" y otros antojos podría deberse a los cambios en las necesidades nutricionales durante el embarazo. El feto necesita nutrientes. Y el cuerpo de la mujer absorbe y procesa los nutrientes de manera diferente cuando está embarazada. Estos cambios ayudan a asegurar el desarrollo normal del bebé y a satisfacer la demanda de lactancia materna una vez que nace el bebé.
Algunas mujeres sienten antojos por cosas que no son alimentos, como la arcilla, el hielo, almidón para lavar ropa o harina de maíz. El deseo de comer cosas que no son alimentos se denomina pica. Comer cosas no comestibles puede ser dañino para tu embarazo. Habla con tu médico si tienes estos antojos.
Mantenerse en forma
El ejercicio va de la mano con comer bien para mantener tu salud física y bienestar durante el embarazo. Embarazada o no, el acondicionamiento físico ayuda a mantener tu corazón, huesos y mente saludables. Las mujeres embarazadas saludables deben hacer al menos 2 horas y 30 minutos de actividad aeróbica moderada por semana. Lo mejor es distribuir tus entrenamientos a lo largo de toda la semana. Si practicas regularmente actividad aeróbica intensa o mucha actividad física, puedes seguir con tu nivel de actividad mientras tu salud no cambie y mientras consultes con tu médico sobre el nivel de actividad durante todo el embarazo.
Beneficios especiales de la actividad física durante el embarazo:
- El ejercicio puede aliviar y prevenir molestias y dolores relacionados con el embarazo, entre ellos estreñimiento, venas varicosas, dolor de espalda y agotamiento.
- Las mujeres activas parecen estar mejor preparadas para el parto y se recuperan con mayor rapidez.
- El ejercicio puede disminuir el riesgo de preeclampsia y diabetes gestacional durante el embarazo.
- A las mujeres en forma les cuesta menos volver a su peso saludable luego del parto.
- El ejercicio regular puede mejorar el sueño durante el embarazo.
- Mantenerte activa puede proteger tu salud emocional. Las mujeres embarazadas que ejercitan parecen tener mayor autoestima y menor riesgo de depresión y ansiedad.
- Los resultados de un reciente y extenso estudio sugieren que las mujeres que realizan actividad física durante el embarazo pueden disminuir la posibilidad de parto prematuro.
Cómo comenzar
Para la mayoría de las futuras mamás que no tienen ningún problema relacionado con el embarazo, el ejercicio es un hábito seguro y valioso. Aun así, habla con tu médico o partera antes de comenzar a ejercitar durante el embarazo. Este profesional es quien podrá sugerir un plan de acondicionamiento físico seguro para ti. Obtener consejos de un médico antes de comenzar una rutina de entrenamiento es importante tanto para mujeres inactivas como mujeres que ya ejercitaban antes del embarazo.
Si tienes una de las siguientes afecciones, tu médico te aconsejará no ejercitar:
- Factores de riesgo de parto prematuro
- Sangrado vaginal
- Ruptura prematura de las membranas (cuando rompes bolsa tiempo antes del parto)
La mejor actividad para las futuras mamás
Las actividades de bajo impacto a un nivel moderado de esfuerzo son cómodas y placenteras para muchas mujeres embarazadas. Caminar, nadar, bailar, andar en bicicleta y hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto son algunos ejemplos. Estos deportes también son fáciles de hacer, incluso si nunca antes habías realizado ejercicios.
Algunos deportes de mayor intensidad son seguros para algunas mujeres embarazadas que ya los practicaban antes del embarazo. Si trotas, practicas deportes con raqueta o levantas pesas, puedes seguir haciéndolo con la aprobación de tu médico.
Ten en cuenta estos puntos cuando escojas un plan de acondicionamiento físico:
- Evita actividades en las cuales puedes golpearte el abdomen, como kickboxing, fútbol, básquetbol o hockey sobre hielo.
- Evita las actividades donde corres riesgo de caerte, como andar a caballo, esquiar cuesta abajo y hacer acrobacia.
- No practiques buceo durante el embarazo. El buceo puede crear burbujas de gas en la sangre de tu bebé que pueden causar muchos problemas de salud.
Consejos para realizar actividad física segura y saludable
Sigue estos consejos para realizar un acondicionamiento físico seguro y saludable:
- Cuando ejercites, comienza lentamente, con un progreso gradual, y termina con calma.
- Debes ser capaz de hablar mientras ejercitas. Si no puedes, quizás estás haciendo demasiado esfuerzo.
- Toma descansos con frecuencia.
- No ejercites sobre tu espalda luego del primer trimestre. Esto puede poner demasiada presión en una vena importante y limitar el flujo de sangre al bebé.
- Evita movimientos erráticos, de rebote y de alto impacto. Los tejidos conectores se estiran mucho más fácil durante el embarazo. De modo que estos tipos de movimientos pueden causar lesión en las articulaciones.
- Ten cuidado de no perder el equilibrio. A medida que tu bebé crece, tu centro de gravedad cambia, lo cual te hace más propensa a caídas. Por esta razón, las actividades como trotar, andar en bicicleta o practicar deportes con raqueta podrían ser más riesgosas a medida que llegas al tercer trimestre.
- No ejercites a grandes alturas (más de 6,000 pies). Esto puede evitar que tu bebé reciba suficiente oxígeno.
- Asegúrate de beber mucho líquido antes, durante y después de ejercitar.
- No ejercites bajo condiciones de calor o humedad extremos.
- Si te sientes incómoda, sin aliento o cansada, toma un descanso y hazlo con calma cuando ejercites nuevamente.
Deja de ejercitar y llama a tu médico lo antes posible si tienes algunos de los siguientes síntomas:
- Mareo
- Dolor de cabeza
- Dolor en el pecho
- Dolor o hinchazón en las pantorrillas
- Dolor abdominal
- Visión borrosa
- Pérdida de fluidos por la vagina
- Sangrado vaginal
- Menos movimiento fetal
- Contracciones
Ejercita tu suelo pélvico (ejercicios de Kegel)
Los músculos del suelo pélvico soportan el recto, la vagina y la uretra en la pelvis. Tonificar estos músculos con los ejercicios de Kegel te ayudará a pujar durante el parto y a recuperarte luego del nacimiento. También ayudará a controlar la incontinencia urinaria y a reducir la posibilidad de desarrollar hemorroides.
Los músculos pélvicos son los mismos que se usan para detener el flujo de la orina. Aun así, puede resultar difícil encontrar los músculos correctos que debes contraer. Puedes estar segura de que estás ejercitando los músculos correctos si cuando los contraes dejas de orinar. O bien, puedes meter un dedo en la vagina y hacer presión. Si sientes presión alrededor del dedo, encontraste los músculos del suelo pélvico. Intenta no contraer el estómago, las piernas, u otros músculos.
Ejercicios de Kegel
- Contrae los músculos del suelo pélvico a la cuenta de tres, y luego relájalos a la cuenta de tres.
- Repite 10 a 15 veces, tres veces al día.
- Comienza a hacer los ejercicios de Kegel recostada. Esta es la posición más sencilla. Cuando tus músculos se vuelvan más fuertes, puedes hacer estos ejercicios sentada o parada, como prefieras.
Salud de la boca
Antes de embarazarte, lo mejor es que te realices chequeos dentales de manera rutinaria para mantener tus dientes y encías saludables. Si estás embarazada y no te has realizado chequeos regulares, considera lo siguiente:
- Hazte un examen bucal completo en las primeras etapas del embarazo. Debido a que estás embarazada, es posible que no puedas sacarte radiografías de rutina. Pero si necesitas sacarte radiografías por un problema dental que requiere tratamiento, el riesgo para la salud de tu feto es menor.
- Los tratamientos dentales durante el embarazo son seguros. El mejor momento para realizarse tratamientos es entre la 14.° y 20.° semanas. Durante los últimos meses del embarazo, podrías sentirte incómoda en la silla de la consulta del dentista.
- No evites los tratamientos dentales necesarios; podrías poner en riesgo tu salud y la de tu bebé.
- Realiza una buena higiene bucal para controlar el riesgo de enfermedades en las encías. Las mujeres embarazadas pueden tener cambios en el sabor y sufrir de encías rojas e hinchadas que sangran con facilidad. Esta afección se llama gingivitis del embarazo. Puede deberse tanto por una mala higiene bucal como por niveles hormonales más altos durante el embarazo. Hasta hace poco, se creía que tener enfermedades en las encías podía aumentar el riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer. Los investigadores no han podido confirmar esto, pero se siguen haciendo investigaciones para conocer más sobre el tema.
Luego de dar a luz, mantén una buena higiene bucal para proteger la salud bucal del bebé. Las bacterias que causan caries se pueden transmitir a tu bebé de las siguientes maneras:
- Un beso en la boca
- Dejando que tu bebé meta sus dedos en tu boca
- Probando comida con la cuchara del bebé
- Probando la temperatura de un biberón con tu boca
También debes buscar un dentista para tu hijo para cuando cumpla 1 año.
Uso de medicamentos y hierbas
Información relacionada: Hoja de datos sobre el embarazo y medicamentos.
Tú y tu bebé están conectados. Los medicamentos que usas, entre ellos medicamentos y suplementos de venta libre, herbales y con receta, pueden transferirse al cuerpo de tu bebé también. Muchos medicamentos y muchas hierbas son conocidos por causar problemas durante el embarazo, como por ejemplo anomalías congénitas. En el caso de algunos medicamentos, no sabemos mucho sobre la manera en que pueden afectar el embarazo o al feto en desarrollo. Esto se debe a que los medicamentos rara vez se prueban en mujeres embarazadas por temor a dañar al feto.
Las futuras madres podrían preguntarse si es seguro tomar medicamentos durante el embarazo. No hay una respuesta clara a esta pregunta. Tu médico puede ayudarte a tomar una decisión sobre si tomar o no un medicamento. Las etiquetas de los medicamentos de venta libre y con receta incluyen información que puede ayudarte a ti y a tu médico a tomar esta decisión. En el futuro, una nueva etiqueta para medicamentos recetados les permitirá a las mujeres y a sus médicos sopesar fácilmente los beneficios y los riesgos de tomar medicamentos con receta durante el embarazo.
Siempre habla con tu médico antes de comenzar o dejar de tomar un medicamento. No tomar los medicamentos que necesitas puede ser más dañino que tomarlos, tanto para ti como para tu bebé.
Sopesar los beneficios y los riesgos
Cuando decidas si usar o no un medicamento durante el embarazo, tú y tu médico deben hablar sobre los beneficios y los riesgos del medicamento.
- Beneficios: ¿cuáles son los beneficios del medicamento tanto para mí como para mi feto?
- Riesgos: ¿de qué maneras los medicamentos podrían dañarme a mí o a mi feto?
En algunas ocasiones durante el embarazo, puedes elegir si tomar o no medicamentos. Por ejemplo, si te resfrías, puedes decidir "vivir con" tu congestión nasal en vez de tomar el medicamento que usabas cuando no estabas embarazada.
En otros momentos del embarazo, tomar medicamentos no es una opción, es necesario. Por ejemplo, puede que necesites tomar medicamentos para controlar problemas de salud existentes como asma, diabetes, depresión o crisis convulsivas. O bien, puede que necesites un medicamento por algunos días, como por ejemplo un antibiótico para tratar una infección en la vejiga o garganta. Además, algunas mujeres tienen problemas en el embarazo que requieren tratamientos con medicamentos. Estos problemas incluyen náuseas y vómitos graves, pérdidas de embarazos o partos prematuros.
Tomar suplementos herbales o dietarios y otros productos "naturales"
Quizás piensas que las hierbas son seguras porque son "naturales". Sin embargo, a excepción de algunas vitaminas, es poco lo que se sabe sobre tomar suplementos herbales o dietarios durante el embarazo. Algunas etiquetas de remedios herbales afirman que ayudan en el embarazo. Sin embargo, a menudo no hay buenos estudios que demuestren la veracidad de estas afirmaciones o si la hierba puede causar daño a la mujer embarazada o al bebé. También, algunas hierbas que son seguras cuando se consumen en cantidades pequeñas, como alimento, pueden ser dañinas cuando se consumen en grandes cantidades, como medicamentos. De modo que habla con tu médico antes de tomar cualquier suplemento herbal o dietario o producto natural. Estos productos pueden contener cosas que podrían dañarte a ti y a tu feto.
Viajes
La vida no se detiene porque estás embarazada. La mayoría de las mujeres embarazadas saludables puede continuar con sus rutinas y nivel de actividad habituales. Esto se refiere a ir a trabajar, hacer recados, y en el caso de algunas, viajar lejos de casa. Para cuidarte a ti y ayudar a mantener a salvo a tu bebé, ten en cuenta estos puntos antes de hacer un viaje largo o viajar lejos de casa.
- Habla con tu médico antes de tomar cualquier decisión sobre un viaje lejos de casa. Pregúntale si algún problema de salud existente hace que el viaje durante el embarazo no sea seguro. También considera el destino. ¿El agua y los alimentos son seguros? ¿Se necesitan vacunas antes de viajar? ¿Hay buena atención médica disponible en caso de una emergencia? ¿Mi seguro de salud cubrirá la atención médica en el lugar de destino?
- Evita estar sentada por mucho tiempo durante viajes en auto o avión. Estar sentada por mucho tiempo puede afectar el flujo sanguíneo en las piernas. Intenta limitar el tiempo de conducción a no más de 5 o 6 horas al día. Toma descansos con frecuencia para estirar las piernas. Párate y mueve las piernas con frecuencia durante viajes en avión. El uso de medias de compresión también puede ayudar con el flujo sanguíneo.
- Los viajes ocasionales en avión son seguros para la mayoría de las mujeres embarazadas, y la mayoría de las aerolíneas permiten que las mujeres viajen con hasta 36 semanas de embarazo. Asegúrate de usar el cinturón de seguridad durante el vuelo, y toma medidas para aliviar las incomodidades de viajar y estar sentada por mucho tiempo. Los viajes aéreos frecuentes durante el embarazo aumentan el riesgo de exposición fetal a radiación cósmica. Si estás embarazada y eres piloto, miembro de la tripulación o pasajera frecuente, consulta con tu empleador acerca de las restricciones de los viajes en avión.
- Lleva una copia de tu historial médico y averigua sobre lugares de atención médica en tu destino, para que estés preparada en el caso de una emergencia.
- Si sospechas que ocurre un problema con tu embarazo durante el viaje, no esperes hasta llegar a casa para ver a un médico. Busca atención médica de inmediato.
¡Abróchate el cinturón!
Usar cinturón de seguridad en viajes en auto o avión es seguro cuando estás embarazada. La correa horizontal debe ir bajo tu estómago, a la altura de tus caderas. La correa del hombro debe ir entre tus senos y el costado de tu estómago. Asegúrate de que quede firme.
Riesgos ambientales
El entorno es todo lo que nos rodea, donde sea que estemos: en el hogar, el trabajo o al aire libre. Si bien no debes preocuparte por cada cosa que respiras o comes, es inteligente evitar la exposición a sustancias que podrían poner en riesgo tu embarazo o la salud de tu feto.
Durante el embarazo, evita la exposición a las siguientes sustancias:
- Plomo: se encuentra en algunos tipos de agua y pinturas, principalmente en viviendas construidas antes de 1978.
- Mercurio: la forma dañina se encuentra principalmente en peces grandes predadores.
- Arsénico: se pueden encontrar altos niveles en algunas aguas de pozo.
- Pesticidas: tanto los pesticidas para el hogar como los de uso agrícola.
- Disolventes: tales como desengrasantes y removedores y diluyentes de pintura.
- Humo de cigarro.
Ten en cuenta: no sabemos qué nivel de exposición puede causar problemas, como aborto espontáneo o anomalías congénitas. Por eso lo mejor es evitar o limitar la exposición tanto como sea posible. Aquí te indicamos algunas precauciones sencillas que puedes tomar todos los días:
- Limpia solo en lugares bien ventilados. Abre las ventanas o enciende un ventilador.
- Revisa las etiquetas de los productos en busca de advertencias para mujeres embarazadas y sigue las instrucciones para un uso seguro.
- No limpies el interior de hornos mientras estás embarazada.
- Sal de la casa si se está usando pintura y no vuelvas hasta que los gases se hayan ido.
Si estás expuesta a productos químicos en el lugar de trabajo, habla con tu médico y tu empleador sobre lo que puedes hacer para disminuir la exposición. Ciertas industrias, como las de limpieza en seco, manufactura, impresión y agricultura, usan toxinas que podrían ser dañinas. Si tienes inquietudes acerca de la seguridad de tu agua potable, llama al departamento de salud o al proveedor de agua para consultar sobre su calidad o cómo solicitar que sometan el agua a pruebas. O bien, llama a la línea de ayuda de Agua potable segura de la Agencia de Protección Ambiental al (800) 426-4791. No supongas que el agua embotellada es mejor o más segura. Por lo general, el agua embotellada no ofrece más beneficios a la salud que el agua del grifo.
Dejar de fumar
Fumar cigarros es muy dañino para tu salud y también podría afectar la salud de tu bebé. Fumar no solo causa cáncer y enfermedades cardíacas en los fumadores, fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de que tu bebé nazca con bajo peso. Los bebés con bajo peso al nacer tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud poco después del nacimiento. También, algunos estudios relacionan el bajo peso al nacer con un mayor riesgo de sufrir problemas de salud más adelante, como por ejemplo hipertensión y diabetes. Las mujeres que fuman durante el embarazo tienen más posibilidades que otras mujeres de tener aborto espontáneo y de que el bebé nazca con labio leporino o paladar hendido (tipos de anomalías congénitas). Además, las madres que fuman durante o después del embarazo ponen a sus bebés en mayor riesgo de sufrir el síndrome de muerte infantil súbita (SMIS).
Las madres que fuman tienen muchas razones para dejar de fumar. Cuida tu salud y la de tu feto: pregúntale a tu médico sobre maneras de ayudarte a dejar de fumar durante el embarazo. Se ha demostrado que una asesoría intensiva aumenta la posibilidad de que las mujeres embarazadas dejen de fumar con éxito. No sabemos si los medicamentos que se usan para ayudar a las personas a dejar de fumar son seguros durante el embarazo. Pero lo que sí sabemos es que seguir fumando durante el embarazo pone en riesgo tu salud y la de tu bebé. Dejar de fumar es difícil, ¡pero puedes lograrlo con ayuda!
Abuso de sustancias
Tomar alcohol y medicamentos ilegales durante el embarazo pone en riesgo la salud de tu feto. Así como también el consumo de medicamentos legales de manera inapropiada. Cuando consumes alcohol o drogas, los productos químicos que ingieres o respiras traspasan la placenta e ingresan a tu bebé. Esto pone a tu bebé en riesgo de sufrir muerte fetal, bajo peso al nacer, anomalías congénitas, problemas conductuales y retrasos en el desarrollo.
Alcohol
Cuando bebes alcohol, también lo hace tu bebé. Las mujeres embarazadas no deben beber alcohol para eliminar la posibilidad de dar a luz a un bebé con trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF). El TEAF implica una amplia variedad de efectos adversos que pueden ocurrir si el feto se ve expuesto al alcohol. Los efectos pueden ser leves a graves. Los niños que nacen con una forma grave de TEAF pueden tener rasgos faciales anormales, dificultades graves de aprendizaje, problemas conductuales y otros problemas.
Quizás pienses que un trago de vez en cuando no va a dañar a tu bebé. No sabemos la cantidad exacta de alcohol que causa daño. Pero sí sabemos que el riesgo de TEAF, y la posible gravedad, aumenta con la cantidad de alcohol que se consume durante el embarazo. También, los daños por consumo de alcohol pueden ocurrir en las primeras etapas del embarazo, a menudo antes de que la mujer sepa que está embarazada. Por este motivo, las mujeres que piensan embarazarse tampoco deben beber alcohol.
Drogas ilegales
Muchas mujeres que consumen drogas ilegales también consumen tabaco y alcohol. De modo que no siempre es fácil distinguir los efectos de una droga de los del alcohol, el tabaco u otras drogas. Lo que sí sabemos es que consumir drogas ilegales durante el embarazo es muy peligroso. Los bebés de mujeres que usan drogas como la cocaína, la heroína y las metanfetaminas tienen muchas probabilidades de nacer adictos y sufrir el síndrome de abstinencia. Las madres que usan drogas inyectables tienen mayor riesgo de contraer VIH, que puede ser transmitido al feto. Algunos estudios sugieren que es posible que los efectos del uso de drogas durante el embarazo no se hagan evidentes hasta más tarde, durante la infancia.
Obtener ayuda con el consumo de alcohol o drogas
Si bebes alcohol o consumes drogas y no puedes dejarlos, habla con tu médico de inmediato. Los programas de tratamientos pueden ayudar a las mujeres embarazadas con problemas de adicción y abuso de sustancias. Para encontrar ayuda cerca tuyo, consulta el localizador de centros de tratamiento para el abuso de sustancias. Puedes dejar de usarlas y darle a tu bebé un buen comienzo en su vida.
Relaciones abusivas
Es difícil estar emocionada por la nueva vida que crece en tu interior si sientes miedo por tu pareja. El abuso por parte de la pareja puede comenzar o aumentar durante el embarazo y puede dañarte a ti y a tu feto. Las mujeres violentadas con frecuencia no obtienen el cuidado prenatal que los bebés necesitan. El abuso por parte de la pareja también puede causar parto prematuro, bebés con bajo peso al nacer, muerte fetal, muerte del recién nacido y homicidio. Si sufres de abuso, es posible que recurras al alcohol, al cigarro o a las drogas para ayudarte a lidiar con el problema. Esto puede incluso ser más dañino para ti y tu bebé.
Quizás pienses que un bebé cambiará tu situación para mejor. Pero el ciclo de abuso es complejo y un bebé causa más estrés a las personas y a las relaciones. Ahora es un buen momento para pensar en tu seguridad y la seguridad y el bienestar de tu bebé. Aproximadamente un 50 por ciento de los hombres que maltratan a sus esposas también maltratan a sus hijos. Piensa en el entorno familiar que quieres para tu bebé. Algunos estudios demuestran que los hijos que presencian o experimentan violencia en el hogar pueden tener problemas físicos, emocionales y sociales a largo plazo. También es más probable que experimenten o cometan abusos en el futuro.
Los exámenes prenatales ofrecen una buena oportunidad de buscar ayuda. Es posible tomar el control y dejar a una pareja abusiva. Pero por la seguridad tuya y de tu bebé, habla primero con tu médico. Haz que la maternidad te motive a tomar medidas ahora.
Si eres víctima de abuso o violencia por parte de alguien que conoces o amas, o te estás recuperando de un ataque por parte de un extraño, tú y tu bebé pueden obtener ayuda y apoyo de inmediato.
- Puedes llamar a la Línea Nacional de Ayuda Contra la Violencia Doméstica las 24 horas del día, los 7 días de la semana al 800-799-SAFE (7233) y 800-787-3224 (TTY). Ayuda disponible en español. Cuando llames, primero escucharás una grabación y puede que tengas que esperar. El personal de la línea de ayuda ofrece intervención en situaciones de crisis y recomendaciones. Si así lo solicitan, conectan a las mujeres con refugios y pueden enviar información por escrito.
- Puedes llamar a la Línea Nacional de Ayuda Contra el Abuso Sexual las 24 horas del día, los 7 días de la semana al 800-656-4673. Cuando llames, escucharás un menú y puedes elegir #1 para hablar con un consejero. Luego, te conectarán con un consejero en tu área que puede ayudarte. También puedes visitar la Línea Nacional en Línea Contra el Abuso Sexual.
Cuándo llamar al médico
Cuando estés embarazada, no dudes en llamar a tu médico o partera si algo te molesta o preocupa. A veces, los cambios físicos pueden indicar un problema.
Comunícate con tu médico o partera inmediatamente si:
- Tienes sangrado vaginal o pérdidas
- Se te hincha la cara, las manos o los dedos en forma repentina o severa
- Sufres de dolores de cabeza agudos o incesantes
- Sientes malestar, dolor o calambres en la parte inferior del abdomen
- Tienes fiebre o escalofríos
- Tienes vómitos o náuseas persistentes
- Sientes malestar, dolor o ardor al orinar
- Tienes dificultad para ver o visión borrosa
- Te sientes mareada
- Sospechas que el bebé se mueve menos de lo normal luego de las 28 semanas de gestación (si cuentas menos de 10 movimientos en 2 horas. Aprende cómo contar los movimientos del bebé en nuestra página sobre cuidados y pruebas prenatales).
- Piensas en hacerte daño o en lastimar al bebé