Lactancia materna: que sea natural no significa que sea fácil
Todas hemos visto esas fotos de mamás famosas que lucen impecables mientras sus bebés se alimentan, perfectamente prendidos al pecho, y ninguno de los dos parece estar preocupado por nada. Transmiten la idea de que todo es muy natural y sencillo. Pues bien, esta es la verdad sobre la lactancia materna: es natural, pero no siempre es sencilla.
Lo que decidas sobre el modo de alimentar a tu bebé es personal y lo que para ti es perfecto, tal vez no le sea útil a otra mamá. Y no hay NADA malo en ello. Pero si estás tratando de decidir si deberías o no amamantar a tu bebé, hay muchas cosas que debes tener en cuenta. Te sugiero que te hagas la siguiente pregunta: ¿Tengo el tiempo necesario para hacer esto? ¿Estaré en un entorno donde me sienta cómoda para amamantar a mi bebé? ¿Cuánto quiero que dure mi etapa de lactancia? Si tengo pensado volver a trabajar, ¿podré usar un extractor de leche?
También hay beneficios para la salud que debes considerar. Las investigaciones sobre el tema sugieren que los bebés que son amamantados tienen un sistema inmunológico más fuerte y corren un menor riesgo de contraer infecciones de oído y de sufrir obesidad infantil. La lactancia también es fabulosa para que tu bebé se conecte contigo. Sin embargo, debes tener en cuenta que esta etapa no es sencilla para todas: tus pechos estarán pesados e inflamados, te sentirás cansada, tal vez te resulte difícil que el bebé se agarre al pecho, podrías generar muy poca (o demasiada) leche. Lo sé porque yo misma tuve algunas de estas complicaciones.
Cuando tuve a mi primer hijo, era muy joven. Honestamente, la idea de la lactancia materna me repugnaba y desconocía los potenciales beneficios que tiene. Para cuando quedé embarazada de mi segundo hijo, ya había tenido más contacto con el tema de la lactancia materna y estaba mejor informada. Sabía que quería hacerlo y estaba decidida a vivir esa etapa de tal manera que todo saliera bien. Pero cuando lo intenté por primera vez en el hospital, no tuve un total apoyo por parte de enfermeras y médicos especialistas en el tema ni por parte de consultores en lactancia. No siempre que los necesité estuvieron para ayudarme. ¡Ni siquiera sabía si lo estaba sosteniendo bien! ¿La posición de cuna? ¿La cruzada? ¿La del balón de fútbol? ¿Cuál sería la posición más cómoda para ambos?
Finalmente, lo averigüé por mi cuenta y todo anduvo bien por unas 4 semanas. Pero luego, uno de mis senos se infectó. Mis pechos estaban excesivamente llenos, tenía fiebre y dolor; me sentía desgraciada. Pero lo peor del asunto fue tener que dejar de amamantar a mi bebé hasta que la infección cedió. Una vez que me recuperé, mi hijo volvió a tomar el pecho sin problema, pero no me volvió a bajar leche. Así que con 9 semanas, tuve que dejar de amamantar a mi hijo definitivamente. Me sentía terriblemente mal y creía que había cometido algún error.
Mirando hacia atrás, ojalá hubiera tenido tres cosas en ese momento: más recursos educativos, un verdadero sistema de apoyo y alguien que me hubiera ayudado cuando tenía dudas. Si decides amamantar a tu hijo, puedes tener lo que yo no tuve.
En primer lugar, información. Si estás pensando en la posibilidad de amamantar a tu hijo, investiga ANTES de que el bebé nazca. Si lo haces, cuando llegues al hospital, ya estarás bien preparada. Womenshealth.gov tiene toda la información que necesitas sobre lactancia materna, extracción de leche, diferentes maneras de sostener al bebé, problemas a los que te podrías enfrentar y el regreso a tu actividad laboral. Si quieres tener toda la información en tu tablet, lector electrónico o Smartphone, descarga Tu guía para la lactancia materna (versión en inglés) gratis o imprímela. Hablar con otras mujeres que han amamantado a sus hijos también es de gran ayuda. Pregúntales sobre cómo fue su experiencia, cuáles fueron sus problemas y qué les ayudó a resolverlos. Pregúntales sobre sostenes de lactancia, cremas, almohadones... en fin, ¡pregúntales de todo! Luego, asegúrate de conseguir todo lo que necesites para equipar tu casa antes de que nazca el bebé.
También puedes crear un grupo de apoyo antes de que llegue el bebé. A medida que vayas explorando opciones, comparte lo que hayas leído con tu pareja, tu familia y tus amigos. Háblales sobre tus preocupaciones y necesidades, y explícales de qué manera pueden ayudarte. Cuando estés buscando hospitales, averigua cuáles son sus políticas y procedimientos en cuanto a lactancia materna. Y no olvides preguntar a tu ginecólogo y obstetra y a los posibles médicos pediatras sus opiniones sobre lactancia materna y pedirles los recursos que puedan facilitarte para ayudarte.
Recuerda que el acto mismo de amamantar lleva tiempo, al igual que la extracción de leche, y que requiere de un ambiente en donde puedas relajarte. Me emociona que en nuestro edificio se inaugure una flamante suite de lactancia porque esto nos permitirá ofrecer un entorno solidario a las mujeres que allí trabajan. Si en tu lugar de trabajo no tienes un lugar así, habla con tu supervisor o con el Departamento de Recursos Humanos sobre las opciones que podrían ayudarte. Después de todo, ¡tu empleador también puede ser parte de tu grupo de apoyo! Si tu empleador no sabe cómo ofrecerte un buen lugar, y ofrecerlo también al resto de las mamás que están en etapa de lactancia y necesitan extraerse leche, tenemos ideas que podrían ayudar.
Los buenos recursos y un sólido grupo de personas que te apoyen son dos aspectos fundamentales para que vivas esta etapa de una manera óptima. Pero una vez que tu bebé llegue y te veas frente a la situación real, seguramente te enfrentarás a desafíos. Le pasa a todas. ¡No te rindas! Habla con un consultor de lactancia y con un pediatra sobre tus inquietudes, pregunta todo lo que necesites saber, incluso los detalles más pequeños, e intenta darte el tiempo necesario para encontrar un método que te funcione. También puedes comunicarte con la línea de ayuda de OWH al 800-994-9662 (de lunes a viernes, de 9 a.m. a 6 p.m. ET) para hablar con uno de nuestros consultores certificados de lactancia materna. Recuerda que tu bienestar emocional es fundamental para que tengas una buena experiencia con la lactancia materna. Sé paciente contigo misma y busca la ayuda que necesitas. Y si por alguna razón debes dejar de amamantar a tu bebé, ¡NO TE PREOCUPES! Debes saber que eres una buena mamá, independientemente de lo que decidas sobre la lactancia materna o de cuánto éxito tengas en esa etapa.