Una entrevista sobre salud mental y el ejército: Carmen Fisher
Las mujeres constituyen el grupo de mayor crecimiento de veteranas militares en los Estados Unidos y tienen necesidades de atención médica específicas. Y las mujeres veteranas están tomando medidas para abordar esas necesidades de lleno. Desde la historia personal de una veterana de la Fuerza Aérea sobre curarse de un trastorno de estrés postraumático hasta el trabajo que hacen los infantes de Marina para facilitar la transición a la vida civil, los logros de las mujeres veteranas no terminan cuando lo hace su servicio. La comandante Carmen Fisher habla sobre su vida en la Marina y cómo superó la ansiedad por regresar a la vida civil después de haber sido dada de baja.
La comandante Carmen Fisher es una oficial de enfermería del Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos y veterana de la Marina de los Estados Unidos. Actualmente está apostada en la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. como encargada de seguridad para los consumidores y sirve en la Fuerza de Despliegue Rápido 5 de USPHS.
¿Nos contarías un poco sobre tu experiencia en las fuerzas armadas?
Fue increíble ser parte del servicio de la Marina. Si bien es un cliché, realmente no sé dónde estaría si no hubiera servido. Aprendí a ser yo misma y, sin darme cuenta, me estaba preparando para mi vida fuera de las fuerzas armadas. Serví como enfermera militar en la Marina, donde trabajé dentro y fuera de Estados Unidos continental, principalmente en medicina de combate y emergencia. Me gusta decir que la Marina es el lugar donde crecí. Es donde "obtuve el equilibrio" de mi vida.
¿Por cuánto tiempo serviste y por qué decidiste unirte a la Marina?
Serví en la Marina de los Estados Unidos durante ocho años. Conocí lo que era la Marina por primera vez en la escuela secundaria a través del programa ROTC de la Marina para estudiantes de tercer año. Disfruté la camaradería y me sentí atraída por la disciplina y el orden. También me encantó cómo me sentí con el uniforme. Tuve varias oportunidades para ir a la universidad pero supe que quería unirme a la Marina poco después de que participé del programa ROTC de la Marina para estudiantes de tercer año.
¿Cómo fue ser una mujer en la Marina?
Ser una mujer en la Marina fue extremadamente estimulante. Me sentía fuerte en mi ambiente militar. Estaba rodeada de personas que me ayudaron a entender mis fortalezas y mis capacidades, no solo como mujer sino también como miembro de los servicios uniformados en general.
¿Qué tipos de problemas de salud mental tuviste que enfrentar cuando fuiste desplegada? ¿Y cómo los manejaste?
Los despliegues pueden ser muy duros para los militares, y yo no fui la excepción. Era joven y nunca antes había estado en escenarios de combate activo, así que tuve que lidiar con un poco de ansiedad. Junto con muchos miembros de mi unidad, también tuve que manejar la depresión después del despliegue. Les pedí ayuda al terapeuta de mi unidad y a mis compañeros de la Marina y superiores durante y después de los despliegues. Los reportes que hacíamos después de los despliegues también ayudaron.
¿Cómo te sentiste cuando fuiste dada de baja de las fuerzas armadas?
Estaba muy entusiasmada y asustada al mismo tiempo. Me entusiasmaba comenzar un nuevo capítulo de mi vida, pero me sentía ansiosa y no tenía idea de qué me tenía preparado el mundo fuera de la Marina. Sentí como si viniera de otro planeta cuando me reincorporé al mundo civil. El primer año después de mi baja extrañaba mi vida en la Marina y quería regresar a diario.
¿Qué medidas tomaste para salir adelante después de haber sido dada de baja?
Rápidamente usé las habilidades adquiridas en la Marina para aceptar mis miedos. Cada vez que empezaba a sentir ansiedad, recordaba mis logros como enfermera de la Marina para estimular mi confianza. También me inscribí en la escuela de enfermería. Conocí a personas nuevas y volví a ponerme en contacto con la familia y los amigos que perdí cuando me alisté. Esto se convirtió en mi terapia.
¿Qué haces ahora para cuidar de tu salud mental?
Me tomo tiempo para relajarme y disfruto de momentos familiares tantas veces como sea posible. Me encantan los viajes al extranjero y viajo de manera regular. Pero una de las cosas más importantes que hago para cuidar de mi salud mental es pasar tiempo de calidad sola. Pasar breves momentos a solas es muy terapéutico para mí. Me permite volver a cero en mis propios términos y visualizar mis próximos pasos en la vida.
¿Tienes algún consejo para otras mujeres veteranas que pueden estar enfrentando problemas de salud mental?
Mi mayor consejo es tomarse el tiempo para conocerse una misma. Saber cuáles son los desencadenantes de la ansiedad, la depresión o incluso la soledad. Además, ten paciencia contigo misma. Vive un día a la vez y entiende que las personas, ya sea en público o en privado, experimentan problemas de salud mental. No estás sola. Habla con alguien y no te sientas avergonzada de pedir consejos.
¿De qué manera las familias pueden brindar apoyo a las mujeres veteranas que están atravesando un problema de salud mental?
Las familias de las mujeres veteranas deben estar a su disposición cuando sea posible y ser pacientes con lo que está atravesando la veterana. Su ser querido está atravesando cambios en la vida, incluido dejar un entorno que fue su mundo por bastante tiempo, y es posible que necesite sanar su cuerpo y mente. Esto lleva tiempo. Buscar consejos de recursos apropiados es de suma importancia. Las veteranas son fuertes y serán más fuertes con la ayuda correcta.