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Sobrevivir a un ataque cardíaco: una entrevista con la periodista Jennifer Donelan

Sobrevivir a un ataque cardíaco: una entrevista con la periodista Jennifer Donelan

En febrero, la subdirectora de la Oficina para la Salud de la Mujer, Nicole Greene, se sentó a conversar con Jennifer Donelan sobre la salud cardíaca de las mujeres.

Todos hemos visto en televisión el "ataque cardíaco al mejor estilo Hollywood". La víctima deja de hacer lo que está haciendo, se agarra el pecho y cae al piso. En la vida real, los ataques cardíacos son totalmente diferentes. Algunas mujeres pueden sentir una fuerte presión en el pecho, mientras que otras experimentan una grave dificultad para respirar, sudores fríos, un mareo o aturdimiento inusual o un fuerte dolor en el pecho, la espalda o la mandíbula.

Jennifer Donelan, reportera de crímenes en ABC7/WJLA-TV en Washington, D.C., sufrió un ataque cardíaco a los 36 años y comparte su historia en honor al American Heart Month. Quiere que las mujeres conozcan los signos y síntomas de un ataque cardíaco y comprendan la importancia de llamar al 911 si piensan que están teniendo uno.

Jennifer Donelan es una reportera de crímenes en WJLA-TV, la filial de ABC en Washington, D.C. En 2010, cuando tenía 36 años, sobrevivió a un ataque cardíaco tras un reportaje en vivo en las noticias de la tarde. Por fortuna recibió tratamiento médico de inmediato. Esto salvó su vida. Ahora, Jennifer aboga por la concientización sobre la enfermedad cardíaca de las mujeres hablando sobre prevención, signos y síntomas y recuperación.

P: Antes de sufrir el ataque cardíaco, ¿te preocupaba la enfermedad cardíaca?

R: La enfermedad cardíaca nunca fue un tema que me preocupara. Estaba completamente centrada en el cáncer de mama. Hay antecedentes de cáncer de mama en mi familia, mi abuela materna murió a causa de esa enfermedad. Aprendí a practicarme autoexámenes de mama y comencé a hacerme mamografías a los 30 años debido a estos antecedentes. Cuando sufrí el ataque cardíaco a los 36 años, no lo podía creer. Fue en la cama del hospital donde descubrí que la enfermedad cardíaca, y no el cáncer de mama, es la principal causa de muerte en las mujeres.

P: ¿Presentabas algún factor de riesgo que te llevara a pensar que podrías padecer una enfermedad cardíaca?

R: Tengo antecedentes familiares, pero nunca me informé sobre su importancia ni lo tomé como un factor de riesgo. Tanto mi abuelo como mi tío sufrieron ataques cardíacos, pero nunca vinculé eso con mi propio riesgo, ya que ellos eran hombres. Mi abuela también tuvo angina de pecho y mi bisabuela murió de un ataque cardíaco.

Además de los antecedentes familiares, tenía otros factores de riesgo. Fumaba, no hacía actividad física y vivía permanentemente estresada. Nunca presté atención a la incidencia que todos esos factores tenían sobre mi corazón, en especial el estrés. Soy reportera de crímenes y mis días están llenos de estrés, estoy en contacto con el dolor de las personas y los peores momentos por los que pasan, y trabajo todos los días contrarreloj para compartir esas historias al aire. El estrés era algo normal para mí.

P: ¿Nos dirías qué síntomas presentaste y a cuáles las mujeres deberían prestar atención?

R: Las mujeres suelen presentar síntomas diferentes de los hombres, y es muy importante que todas entiendan eso. Por fortuna yo tuve los clásicos síntomas de un ataque cardíaco. El día en que lo sufrí, fue uno de los más estresantes de mi vida; recuerdo que todo el tiempo sentí como si tuviera el corazón en la garganta. Durante ocho horas consecutivas, estuve corriendo de acá para allá para obtener información, conseguir material de video y entregar todo a tiempo. Sufrí el ataque cardíaco cuando terminó el día y finalmente pude relajarme. Comencé a sentir una opresión en el pecho, empecé a sudar, sentí náuseas y vomité. Sabía que algo no estaba bien, pero cuando mi brazo izquierdo se adormeció, ahí fue cuando temí que era un ataque cardíaco. Tuve una disección espontánea de la arteria coronaria, la cual se rasgó como un pedazo de tela, literalmente.

La mayoría de las mujeres no presentará mis síntomas. En su lugar, pueden sentir un agotamiento repentino o uno que dura varios días; dolor en la mandíbula, los hombros o la espalda; y también pueden presentar indigestión. Las mujeres debemos informarnos sobre la variedad de síntomas.

P: ¿Qué consejos tienes para las mujeres?

R: Mi principal consejo, y no me canso de repetirlo, es llamar al 911 si piensas que estás teniendo un ataque cardíaco. Las mujeres no llaman porque no quieren molestar a nadie, tienen invitados, tienen que llevar a sus hijos a la escuela o simplemente no es el momento ideal para ir al hospital. Pero por estas razones no reciben la atención de emergencia que necesitan justo en ese momento y ponen en riesgo su vida. Realmente quiero que las mujeres cambien ese razonamiento y piensen primero en ellas.

Ahora, cuando pienso que algo esta mal o siento algo raro, voy al hospital de inmediato. De hecho, he ingresado al hospital cuatro veces desde mi ataque cardíaco. No me lamento ni avergüenzo por esto. Es mi vida lo que está en juego. Puede que las mujeres tengan la preocupación de cuidar de sus seres queridos, pero si no están aquí, no podrán hacerlo.

También pienso que todas las mujeres deberían considerar la posibilidad de consultar un cardiólogo al menos una vez para tener un punto de referencia. Los cardiólogos revisan tu cuerpo de una manera diferente a la que lo hace el médico de cabecera. Pueden decirte todo lo que necesitas saber sobre la salud de tu corazón.

P: ¿Cómo fue tu vida después que regresaste del hospital? ¿Tuviste que enfrentar alguna dificultad que consideras útil comentar para el beneficio de otras mujeres?

R: Lo único que pensé que nunca sentiría es un miedo debilitante y paralizante. Nadie me preparó para eso. Tenía miedo de ir a dormir. Tenía miedo de caminar. Tenía miedo de moverme. Tenía miedo de estar sola, porque no sabía si iba a tener otro ataque cardíaco.

También tenía miedo de conducir. La primera vez que me subí al auto después del ataque cardíaco, recuerdo que alguien tocó la bocina y yo me sobresalté. Sentí terror de que ese aumento repentino de la adrenalina me causara otro ataque.

Creo que es útil para las mujeres saber que ese miedo existe pero que no están solas. Fue necesario que una comunidad entera me ayudara para superar mi miedo. Mi madre se mudó conmigo. Cuando se fue de casa, otras personas, como mis amigos y mi novio, se quedaban a acompañarme. A las mujeres nos atemoriza pedir ayuda ante problemas emocionales. Pero debemos hacerlo. Está bien pedirl ayuda a amigos y familiares, al igual que hacer terapia si es necesario.

P: ¿Hiciste algún cambio en tu estilo de vida para mejorar tu salud?

R: Definitivamente. Una experiencia que amenaza tu vida te cambia. Ahora hago actividad física y dejé de fumar, lo cual fue difícil. También controlo mejor el estrés. El día en el que sufrí el ataque cardíaco me sentía muy estresada pero en ningún momento me dije: "Tranquilízate, estás entrando en una zona de peligro, has estado con mucho estrés durante demasiado tiempo". Eso lo cambié por completo. Ahora, cuando siento que estoy estresándome, detecto inmediatamente las señales de advertencia. Me siento al instante y comienzo a respirar profundamente.

Por último, cambié mis prioridades. Amo mi profesión y no me imagino haciendo otra cosa. Mi sueño siempre fue ser reportera, pero un trabajo es un trabajo. Descubrí cuáles son mis limitaciones. Por ejemplo, rechazo oportunidades para cubrir el reportaje de ciertos temas, como la reciente tormenta de nieve en D.C., porque no puedo provocarme esa subida de adrenalina. Tampoco puedo ponerme en una situación en la que no pueda recibir atención médica de emergencia si la necesito.

No sé cuándo será mi último día. No sé si volveré a sufrir un ataque cardíaco. De manera que ahora me preocupo más para que mis sobrinos no crezcan sin su tía.

P: ¿Tienes algún consejo para aquellas mujeres que enfrentan dificultades a la hora implementar cambios similares?

R: La lucha por estar y mantenerse saludable es real. Sé que es una dificultad para muchas mujeres. Lo es también para mí. Lo que funciona en mi caso, y pienso que puede ser útil para otras mujeres, es vivir el día a día. Cuando pienso en lo que puede pasar en un futuro muy lejano, me siento abrumada. En su lugar, me digo: "Hoy voy a ir al gimnasio. Hoy voy a comer una ensalada. Hoy voy a hacer yoga". Si pienso en mi vida como una secuencia de pequeños pasos, siento que todo puede controlarse mejor. Sé que con el tiempo esto se convertirá en un hábito.

P: ¿Quieren compartir algo más?

R: Ayer fui al médico. Tengo diabetes y tengo problemas para controlar mis niveles de azúcar en sangre. Los controlé durante aproximadamente un año y medio, pero por algún motivo ahora tengo problemas. Pero sé que el nivel de azúcar en sangre también afecta al corazón. Me dijeron que si no controlo mi diabetes, el bypass no servirá de nada. Recomiendo a las personas con diabetes y enfermedades cardíacas hacer algo para mantener su nivel de azúcar en sangre bajo control.

Las afirmaciones y las opiniones que aparecen en esta publicación pertenecen a su autor y no necesariamente representan las opiniones de la Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.