Una entrevista sobre el estigma de la salud mental y la sanación
Gayathri Ramprasad se desempeña como consejera e intercesora de personas con problemas de salud mental y ella misma ha experimentado varias afecciones de esta naturaleza, tales como depresión, ansiedad y ataques de pánico. Actualmente, es presidente de una organización sin fines de lucro, de la cual también es fundadora, que tiene por objetivo ayudar a otras personas con trastornos de salud mental. Lee la entrevista a Gayathri para descubrir por qué ha dedicado su vida a ayudar a los demás, qué desea hacer saber a las mujeres sobre la salud mental y cómo puedes luchar para combatir el estigma que pesa sobre los problemas de salud mental.
¿Por qué has dedicado tu vida a ayudar a otras personas con problemas de salud mental, incluso si viven en otros lugares del mundo?
Cuando era joven padecí de un trastorno de ansiedad generalizado, ataques de pánico y depresión, pero descubrí que el estigma en torno a las afecciones relacionadas con la salud mental era más incapacitante que las enfermedades en sí mismas. De pequeña, cuando vivía en la India, el diagnóstico nos hizo sentir a mí y mi familia que estábamos viviendo una situación vergonzosa y debíamos ocultarla. Aunque intenté suicidarme varias veces y pasé muchos años de sufrimiento, fingíamos que todo estaba bien. Pero luego de recibir tratamiento en un hospital psiquiátrico en 1989 aquí, en Estados Unidos, me prometí a mí misma dedicarme a llevar esperanza y sanación a otros. Yo había sufrido en silencio, agobiada por la vergüenza, y no quería que otras personas vivieran lo mismo.
Cuando inauguré ASHA International, en abril de 2006, lo que más deseaba era compartir mi historia para infundir esperanza aunque solo fuera a una persona que tuviera un problema de salud mental. Nunca jamás, ni en mis sueños más alocados, imaginé que tendría la posibilidad de infundir esperanza a miles de personas en todo el mundo. Estamos combatiendo el estigma y empoderando a las personas para que lleguen a recuperarse y alcancen el bienestar, día a día, persona a persona.
En tu calidad de consejera e intercesora de personas con problemas de salud mental, ¿qué es lo más común que escuchas de quienes los padecen?
En primer lugar, muchas personas expresan tener una profunda sensación de miedo, vergüenza, aislamiento y/o desesperación. Segundo, a muchas personas les preocupa poder acceder a servicios médicos integrales para la salud mental y poder pagarlos. Tercero, la gente anhela compartir sus angustias y pedir ayuda, pero algunos temen que al hablar de lo que les sucede y pedir ayuda, sus relaciones y carreras profesionales puedan verse afectadas.
También veo en las personas destellos de esperanza, coraje y resiliencia. Me siento maravillada frente a hombres, mujeres y niños de todo el mundo que transforman su adversidad en ayuda para sí mismos y para otros. Todos juntos, crearemos comunidades en donde la esperanza, la empatía y la inclusión sean una realidad, y en las que nuestros diagnósticos ya no nos impidan vivir las vidas con las que siempre hemos soñado.
¿Qué te gustaría hacerles saber a las mujeres sobre la salud mental?
Me gustaría que las mujeres supieran que la salud mental es un aspecto fundamental de su estado de salud y bienestar general. Tener un problema de salud mental no es signo de debilidad. Todo lo contrario; creo que es señal de fortaleza pedir ayuda y buscar apoyo.
Yo impulso a las mujeres a tomar control de su salud mental. Para hacerlo, deben empezar por tomar conciencia de que las mujeres padecen trastornos de salud mental en un porcentaje desproporcionadamente mayor. Por ejemplo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, la depresión es dos veces más común en mujeres que en hombres.
¿Por qué crees que hay un estigma en torno a los trastornos de la salud mental?
Los mitos y conceptos erróneos sobre los trastornos de salud mental y sobre las personas que conviven con ellos son los causantes de ese estigma. Según mi experiencia sobre el tema, las enfermedades mentales son un tema tabú en muchas culturas. Y las personas que conviven con trastornos de salud mental suelen temer que al hablar abiertamente del tema y compartir sus historias, sus vidas y empleos puedan verse afectados. Lamentablemente, cuanto menos hablamos de los problemas de salud mental, menos podemos humanizarlos y normalizarlos. Si hablamos más de ellos, tenemos más posibilidades de romper ese orden cíclico asociado con estos problemas: estigma, prejuicio y discriminación.
¿De qué manera puede incidir la cultura en este estigma?
La cultura determina nuestra manera de percibir las enfermedades mentales y a las personas que las padecen. La cultura también incide en nuestra determinación para buscar un tratamiento, en el lugar donde decidimos buscarlo, en nuestra manera de lidiar con el problema y en el apoyo social que recibimos. Las percepciones derivadas de mi cultura fueron mis mayores impedimentos para llegar a estar saludable y alcanzar el bienestar. Me impidieron compartir con otros mis luchas y pedir ayuda. Por ejemplo, en la cultura india, las enfermedades mentales suelen considerarse el resultado de una maldición, un castigo por pecados pasados o el producto de la posesión demoníaca. También se considera una afrenta para la persona enferma y para toda su familia. En consecuencia, mi familia y yo, al igual que muchas otras personas, mantuvimos mis luchas en secreto. Mi tratamiento combinaba sacerdotes y médicos. Incluso mientras me trataban con antidepresivos recetados, terapia de shock y psicoterapia, se invitaba a un sacerdote a mi casa para que exorcizara los demonios que había dentro mío y era muy agresivo. Se hicieron plegarias especiales en varios templos y me ataron talismanes (objetos que se consideran portadores de buena suerte) en las muñecas para alejar de mí el maleficio. Se me ordenó que recitara ciertos mantras y que escribiera el nombre del dios Rama 101 veces por día para rogar la misericordia y sanación divinas. Y cuando todos estos intentos fracasaron, me sentí desesperada e intenté suicidarme varias veces. Incluso después de volver a Estados Unidos, me resultaba imposible deshacerme de mis concepciones erróneas basadas en la cultura. Afortunadamente, al fin logré encontrar una fabulosa terapeuta que me ayudó a analizar esas concepciones erróneas surgidas de mi cultura y me enseñó técnicas de conducta cognitivas para superarlas. También desarrollé aptitudes que necesitaba para defenderme y pedir ayuda. Le estoy eternamente agradecida.
Con el paso de los años, fui aprendiendo que cada cultura impone sus propias barreras a la salud mental, por lo que resulta necesario que todos encontremos nuestro propio camino hacia el bienestar. Por ejemplo, los medicamentos me alteraron más y agravaron mi conducta suicida, pero la práctica diaria del pranayama (una técnica de respiración), la meditación y el yoga, todo ello procedente de India, mi país de origen, han transformado mi vida y me han ayudado a sanar. Para nosotros, como individuos, es fundamental nunca perder la esperanza. Debemos aprender a superar las barreras culturales y adaptar nuestras vidas a prácticas de bienestar provenientes de diferentes culturas, a fin de llegar a tener una vida plena.
¿Quieres darles algún consejo a las mujeres que sienten demasiada vergüenza como para pedir ayuda?
A menudo les hago esta pregunta a las mujeres que sienten demasiada vergüenza como para pedir ayuda: ¿qué harías si algún ser querido o un amigo muy querido estuviera sufriendo por un trastorno de salud mental? Inmediatamente responden: lo instaría a buscar ayuda y, probablemente, le ayudaría a encontrarla. Luego les pido que demuestren la misma bondad y el mismo interés hacia sí mismas. Por nuestra naturaleza, las mujeres podemos ser muy protectoras con otros pero solemos olvidar nuestro propio cuidado. Debemos aprender que cuidarnos es el primer paso hacia cuidar de otros.
¿Qué quieres decirles a las mujeres que padecen un trastorno de salud mental?
El mensaje que quiero darles a las mujeres que luchan contra afecciones de salud mental es: "No están solas". Hay esperanza. Busquen ayuda. El poder para recuperarse y triunfar está dentro de ustedes.
¿De qué manera pueden ayudar las mujeres a seres queridos con trastornos de salud mental?
Las mujeres pueden apoyar a sus seres queridos demostrando empatía y compasión por sus problemas. También pueden ayudarles a encontrar la atención que necesitan. Además, pueden impulsar a sus seres queridos a cuidarse y a buscar el apoyo que brindan las relaciones sociales. Sin embargo, es igualmente importante que las mujeres se tomen el tiempo necesario para cuidar de sí mismas, de modo que no sufran el agotamiento característico del cuidador, un fenómeno muy común.
¿Hay algo más que te gustaría compartir?
A igual que comer bien y ejercitarse, dormir lo suficiente puede ayudarte a dar lo mejor de ti a tu familia y en tu trabajo, además de aumentar tu bienestar por muchos años. El buen descanso es un requisito fundamental para la vida, no una opción.