Nueva financiación para una mejor detección de la IPV y seguimiento
Normalmente compartimos publicaciones que informan sobre salud para mujeres comunes y corrientes, pero esta noticia era demasiado buena como par ano compartirla. Quienes trabajamos en la Oficina para la Salud de la Mujer estamos entusiasmadas por el hecho de apoyar el desarrollo de un sistema de salud que se preocupe genuinamente por las sobrevivientes de violencia interpersonal. Esperamos con ansias los resultados de esta investigación.
-Dra. Nancy C. Lee, Subsecretaria Adjunta de salud, Salud de la mujer, y directora de la Oficina para la Salud de la Mujer
En agosto, la Oficina para la Salud de la Mujer presentó la iniciativa Red de proveedores para casos de violencia interpersonal (IPV): la respuesta del proveedor de atención médica ante casos de violencia interpersonal contra las mujeres, un programa para promover la respuesta por parte del sector de salud pública ante los casos de violencia doméstica, violencia de pareja, abuso sexual y acecho. A través de este programa, cinco instituciones académicas del país recibieron un total de $3.7 millones para facilitar la investigación sobre intervenciones efectivas en centros de atención de la salud. A través de sus redes de hospitales, aseguradoras de salud, organizaciones de proveedores, filiales de atención primaria, refugios para mujeres, líneas de ayuda nacionales, sociedades de profesionales y programas locales, los beneficiarios de estos subsidios implementarán enfoques sistémicos para incluir en la atención de la salud básica los programas de intervención por violencia.
La violencia interpersonal no es únicamente un problema social, sino uno que incide en la salud pública. Afecta a mujeres y hombres, niñas y niños, de todas las edades y puede dejar huellas imborrables en la vida de muchos de ellos. Los sobrevivientes de la IPV pueden sufrir consecuencias físicas y emocionales por el resto de sus vidas. La IPV está relacionada con el asma, el dolor crónico, las limitaciones para desarrollar actividades y las enfermedades cardíacas, posiblemente debido a los efectos que produce en una persona el estrés crónico. Las enfermedades mentales, como la depresión, la ansiedad y los trastornos por consumo de alcohol y substancias, también se relacionan con antecedentes de situaciones traumáticas. Ofrecer atención a estos sobrevivientes es un aspecto fundamental de cualquier sistema de salud que esté preparado para cubrir las necesidades de sus pacientes.
Además de destinarse al apoyo del desarrollo de políticas y normas de atención, estos nuevos subsidios permitirán a los centros de salud académicos incorporar de manera más acabada a la práctica médica de rutina el beneficio de asesoramiento y detección de violencia de pareja (IPV) de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio. Con el objetivo de prevenir el abuso y mejorar la salud de las mujeres que fueron abusadas, la ACA exige a la mayoría de los planes de seguro cubrir pruebas de detección y asesoramiento breve para casos de violencia doméstica e interpersonal. La evidencia muestra que las pruebas de detección y las intervenciones correctas por parte de proveedores de atención médica pueden mejorar la salud de las mujeres que sufrieron abuso. El programa Red de proveedores para casos de IPV requiere la colaboración entre proveedores de servicios médicos y programas de servicios para la IPV a fin de evaluar los sistemas con el objetivo de incorporar las intervenciones por IPV al cuidado clínico básico. Los subsidiados desarrollarán y evaluarán las políticas y los procedimientos que brindan respuestas integrales y delicadas desde el punto de vista cultural a las víctimas de violencia. Todas estas medidas permitirán dar origen a una red de proveedores que tenga una incidencia cuantificable en los servicios de atención médica para mujeres y en los resultados que logra, y que además garantice a las mujeres un tipo de atención que les permita progresar en sus respectivas comunidades.